El
presidente se impuso al republicano en el último debate, sobre política
exterior
El
demócrata mantuvo a su rival a la defensiva.
"Mientras
sea presidente de EE UU, Irán no tendrá el arma nuclear", dijo.
En términos de política
exterior, un candidato tiene más que perder si arriesga y fracasa. Si además
las encuestas dicen que están igualados, no hay necesidad de suicidarse ante
las cámaras en el tercer y último debate entre los candidatos a la Casa Blanca celebrado
en la madrugada de este martes (hora española) en la Universidad de Lynnen Boca Raton (Florida). Por
eso, ambos pretendientes a la presidencia de Estados Unidos en los próximos
cuatro años se ajustaron a guion y ninguno protagonizó un golpe de efecto.
Coincidieron en los grandes temas y se distanciaron en los habituales: la
economía, hacia la que intencionada e inevitablemente encontraron un atajo a la
que llegar siempre que fue posible.
El debate ha mostrado un
Obama seguro en su papel, experimentado en el tema, al que la cámara ha
enseñado en ocasiones con cara de pocos amigos hacia su oponente, al que
parecía no considerar a la altura. Romney ha sido vago, como se esperaba, y ha
estado a la zaga en un terreno que ha probado que le queda grande. Si eso
importa o no, es ya otra cuestión. De momento, las encuestas divulgadas esta madrugada han
dado como ganador a Obama. CBS
otorgaba un 53% a Obama y un 23% a Romney. CNN un 48 y un 40%, respectivamente.
Sin mencionar la
palabra, el candidato republicano a la Casa Blanca , Mitt Romney, ha comenzado el debate
calificando la primavera árabe de fracaso. “Trajo esperanza”, ha dicho Romney,
pero después “hemos visto país por país, un gran número de acontecimientos
horribles”, declara en referencia al atentado del pasado 11-S en el que murió
el embajador en Bengasi y otros tres norteamericanos. Romney ha mencionado el
ascenso al poder de los Hermanos Musulmanes como un ejemplo de los malos
vientos dejados por la primavera árabe. “Tenemos que imponer una disciplina más
dura para reducir esta oleada de extremismo”, ha proseguido el aspirante
republicano.
“Ni un solo soldado sobre el terreno”, ha contestado Obama en tono triunfal. La primavera árabe se realizó y se
pacificó Libia sin un solo soldado enviado a morir en una guerra en el
extranjero. El presidente ha defendido a la vez su posición en Libia y ha
declarado que los responsables de ese ataque serán perseguidos. “Nosotros
participamos en crear un grupo que liberó a su país de un déspota que mató a
varios americanos”, ha dicho Obama alejando su herencia de la de Bush y su
ocupación de Irak y Afganistán a la vez que ha atacado a su rival al
mencionarle que si por él hubiera sido nunca se hubiera capturado a Osama bin Laden ya que dijo que “no compensaba remover
cielo y tierra para aniquilarle”.
En su contrarréplica,
Rommey ha sido conciso –básicamente porque no ha sabido hacer otra cosa-: “Mi
estrategia es muy clara, perseguir a los malos”. Dicha la obviedad anterior, el exgobernador de Massachusettsha concedido
que también hay que ayudar a esos países, “mejorar la igualdad entre hombres y
mujeres y la educación”.
Durante ese segmento de
la conversación, Obama ha visto una oportunidad para poner a la defensiva a
Romney y ha ironizado con que se alegraba de que ahora dijera que Al Qaeda era
una amenaza. “Hace unas semanas cuando le preguntaron, dijo que nuestro peor
enemigo era Rusia... Y me alegro de que diga que la guerra de Irak fue un
error. Hace días dijo que deberíamos mandar más soldados a Irak, a una guerra
ya acabada. Lo entiendo, usted no ha tenido oportunidad de ejercer en materia
de política internacional... No sólo se equivoca, sino que manda mensajes
erróneos a nuestros soldados”, ha respondido Obama –satisfecho- a Romney.
Mitt Romney, aspirante republicano
Romney ha contraatacado
diciendo que desacreditarle no era ningún programa electoral, que eso no
frenaría los ataques en Oriente Próximo. “Rusia es un enemigo geopolítico”, ha
asegurado el obispo mormón como si se tratara de repetir un capítulo de un
libro de historia.
En el bloque de Siria,
ambos candidatos han coincidido en que Bachar al Asad debe de abandonar el poder.
Ambos han coincidido también en que está fuera de cuestión una intervención
armada en aquel país. “Emplear medios militares americanos en Siria es un gran
riesgo. No podemos poner armas en manos de personas que luego las puedan usar
contra nosotros”, ha explicado el presidente sin mencionar la experiencia
traumática de Afganistán pero en referencia clara a los ataques fraticidas que
ahora se suceden allí.
La respuesta de Romney
ha sido de nuevo ajustada a guión: “Queremos trabajar con nuestros aliados para
que asuman una posición de liderazgo”. Obama ha rescatado la herencia de John
Kennedy y ha declarado que haber enviado tanques a la plaza de Tahrir en El
Cairo no hubiera sido acorde con “los ideales que JFK defendió hace 50 años”
A media hora de comenzado
el debate, los candidatos, encabezados por Romney, se las apañaron para
reconducir la conversación hacia la economía, la principal preocupación de los
votantes, no Siria o el conflicto con Irán. No Libia. El empleo.
Ambos han coincidido en que para que EE UU siga siendo fuerte en el mundo hay
que crecer en casa, fortaleciendo la economía.
Barack Obama
Eso sí, Rommey ha
aprovechado la ocasión para barrer para su campaña y ha dicho que EE UU no es
ahora “más influyente en ninguna parte del mundo que hace cuatro años” Obama ha
contestado tranquilo que “América sigue siendo una nación excepcional”, aunque
su rostro empezaba a denotar cierta crispación hacia su contrincante: “Nuestras
alianzas nunca han sido tan fuertes en Asia, en Europa”, ha recordado el
presidente a Romney por si este no lo sabía.
Para reforzar su
argumento –dentro y fuera-, Obama ha dicho que el hecho de acabar la guerra en
Irak y de iniciar el repliegue en Afganistán ha permitido centrar más recursos
en la recuperación económica. “El gobernador Romney propone políticas
equivocadas”, ha asegurado Obama diciendo que para el exgobernador “Bush era un
gran gestor económico y Dick Cheney un modelo a seguir”. Obama unía al
pretendiente a la Casa
Blanca con una de las peores herencias en políticas exterior
dejadas por ningún presidente norteamericano.
Sin despeinarse, el
aspirante republicano ha vuelto a llevar el tema donde se sentía más cómodo:
“Yo devolveré los puestos de trabajo a los americanos”, ha declarado, haciendo
de paso una exposición de los cinco puntos de su plan económico, tal y como
hizo en los anteriores debates. Obama ha decidido a esa altura del debate
aceptar el juego de su contrincante y se ha lanzado de cabeza también a hablar
de política doméstica dejando de lado la exterior. Por pura inercia, por no
quedar fuera de línea, no por necesidad como el exgobernador que incluso ha
encontrado hueco para mencionar su gestión en los Juegos de Invierno de Salt Lake City (Utah),
quizá los juegos personalmente más políticamente rentabilizados de la historia
de las Olimpiadas.
Superada la fase
anterior, los candidatos fueron cuestionados por el moderador qué harían si
Israel sufriera un ataque. Ambos han coincidido en la respuesta. “Apoyaré a
Israel en el caso de que sea atacado”, ha certificado Obama. “Mientras yo sea
presidente de EE UU, Irán no tendrá un arma nuclear”, ha apostillado recordando
que las sanciones económicas ahogan cada día al régimen de los ayatolás. “Si
Israel es atacado, guardaremos sus espaldas”, ha dicho también Romney. “Un Irán
nuclear es inaceptable para América. Yo ya pedí las sanciones económicas hace
cinco años y vemos que funcionan”. Eso sí, Romney ha ido un poco más lejos y ha
añadido que él incrementaría “esas sanciones y aislaría al país diplomáticamente”.
El
reloj sigue marchando. No permitiremos que Irán alargue eternamente estas
negociaciones que no van a ninguna parte. Si no cumplen las exigencias de la
comunidad internacional, tomaremos medidas”
Barack Obama
El presidente, no
obstante, ha querido lanzar una advertencia al enemigo de Israel y ha advertido
de que el tiempo se acaba. “El reloj sigue marchando. No permitiremos que Irán
alargue eternamente estas negociaciones que no van a ninguna parte. Si no cumplen
las exigencias de la comunidad internacional, tomaremos medidas”. Romney se ha
sumado entonces a la tesis de Obama, pero ya estaba todo dicho y sonaba
repetitivo.
Uno de los ataques más
directos de la noche –aunque la frase se repitió en varias ocasiones- fue
cuando Obama dijo: “Nada de lo que dice el gobernador Romney es cierto”. Cuando
estábamos aplicando sanciones a Irán usted todavía invertía en una compañía
china que compraba crudo a Irán. Dejaré que sean los votantes los que elijan
quién gestionará mejor este asunto”.
Romney no ha sido capaz
de articular una respuesta a qué haría si el primer ministro de Israel le llama
para decir que se dispone a bombardear Irán. “Deje que vuelva a la pregunta
anterior...”, le ha casi suplicado. Obama ha logrado en este terreno colocar a
Romney de nuevo a la defensiva y ha puesto sobre la mesa los continuos cambios
de posición del candidato republicano, algo que no le favorece en absoluto.
“Gobernador, ha recorrido ya todo el mapa”, ha ironizado el presidente. “En Afganistán,
Irak o Irán usted ha tomado todas las posiciones posibles. Le agradezco que
ahora compre nuestra postura de aplicar presión diplomática y sanciones sobre
Irán, pero es algo que no opinaba hace meses”.
A esta altura del debate
y en este terreno, Obama ha querido recordar a Romney que si fuera por él Bin
Laden seguiría vivo con casi toda seguridad ya que dijo ser partidario de haber
pedido permiso a Pakistán para entrar a aniquilar al líder de Al Qaeda. “No
hubiéramos completado la misión”, le ha espetado.
Llegado el tema de
Afganistán, Romney se ha sumado al caballo ganador y ha venido a decir ahora
que lo realizado por el Comandante en jefe del Ejército edra lo correcto. En
definitiva, que respetará la fecha impuesta por Obama, finales de 2014, para la
retirada total. De nuevo, Obama ha representado su papel a la perfección y ha
hecho toda una declaración de principios: “Nos vamos de Afganistán porque ya
podemos efectuar una transición de soberanía en ese país. Y porque ya han
muerto 3.000 soldados aliados. Al Qaeda ya ha quedado debilitada, y es hora de
traer los soldados a casa”.
Hay
dos caminos muy distintos sobre cómo recuperar nuestra economía. El del
presidente nos lleva a un mayor declive. El mío es crear 12 millones de puestos
de trabajo"
Mitt Romney
Romney ha tenido una
frase entonces que sin duda dará para muchos tuits. Ha sido cuando ha declarado
que no era el momento de divorciarse de Afganistán. “El país sufre amenazas de
duros grupos terroristas dentro de su territorio. Si el país se convierte en un
estado fallido y teniendo armas nucleares”, ha proseguido dejando la ecuación
en el aire…
En este segmento de la
discusión, el moderador introdujo el tema que hasta el momento había estado
ausente, los ‘drones’ o aviones no tripulados que han causado numerosas bajas entre
civiles. “Apoyo su uso y creo que el presidente estaba en lo correcto al pedir
un aumento de su presencia en nuestros ataques”. Nada que objetar por parte de
Obama.
Avanzaba el debate con
Romney a la defensiva y un Obama crecido aunque sin lanzarse al cuello de su
rival. Llegado el momento de China de nuevo ha resultado inevitable la economía
doméstica. “Puede ser un adversario para nosotros, pero puede llegar a ser un
aliado”, ha dicho Obama. “China tiene intereses compartidos con nosotros, como
es la estabilidad internacional”, ha explicado Romney.
El moderador, el
periodista de CBS Bob Scheiffer, ha intervenido en ese momento para recordar
una de las reiteradas propuestas de Romney. “Si usted declara que China
manipula sus divisas en el primer día de su presidencia, va a crear una guerra
comercial”, ha dicho Scheiffer a Romney. El exgobernador se ha limitado a decir
que EEUU no puede rendirse “año tras año a esas prácticas". Obama ha
aprovechado la frase para atacar a su adversario una vez más y donde más daño
le hace. “Tiene razón. Es malo exportar empleos a China. Aunque usted dirigió
una empresa que exportó empleos a China”, ha manifestado Obama en referencia a
Bain Capital, la empresa que tuvo bajo su mando Romney y que continúa dándole
dinero.
Han llegado los alegatos
finales y Romney ha parecido que tenía algo más de fuelle que Obama. Pero
contaban más los 90 minutos anteriores. Obama se ha limitado a decir que “en
los últimos cuatro años hemos avanzado, hemos puesto final a dos guerras
mientras trabajábamos en la recuperación económica de este país”. El presidente
ha elegido acabar uniendo a Romney con la funesta herencia dejada por George W.
Bush. “El gobernador Romney quiere volver a las políticas imprudentes de la
pasada década”.
Con cara de mitin
electoral, Romney se ha definido “ilusionado” con el futuro. “Hay dos caminos
muy distintos sobre cómo recuperar nuestra economía. El del presidente nos
lleva a un mayor declive. El mío es crear 12 millones de puestos de trabajo”.
Ese ha sido el resumen de Romney para un debate centrado en política exterior.
Ese y una frase final “Amo a los maestros”.
El debate ha comenzado
con el recordatorio de que se celebraba en el 50 aniversario de que el
presidente Kennedy revelara que la
URSS había colocado misiles en Cuba. “Es un recordatorio de
las crisis a las que un presidente se puede enfrentar”, ha dicho el moderador.
Cada candidato ha contestado de sobra a esa máxima.
Los grandes olvidados de
la noche, salvados los drones, han sido la Unión Europea y la
vergüenza legal que sigue siendo el centro de detención de Guantánamo. Lo
último se esperaba; lo primero no –es sin duda el problema más acuciante de la
situación internacional-.
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