El
país sudamericano registra su menor crecimiento en los últimos ocho años.
Brasil ha confirmado en
2011 el potencial de los emergentes frente a los viejos y estancados actores
tradicionales de la economía internacional. Y eso que la economía brasileña echó
el freno durante el pasado año por las medidas restrictivas para combatir la
inflación y por los efectos de la crisis económica internacional. Pese a ello,
logró rebasar a Reino Unido como sexta potencial mundial.
En concreto, la economía
de Brasil experimentó en 2011 una expansión anual del 2,7%, una cifra que
supone una brusca desaceleración respecto al 7,5% registrado el año anterior,
según los datos publicados por el Instituto Brasileño de Geografía y
Estadística (IBGE). Esta cifra, además, es la peor desde 2003 y, con vistas al
futuro, eleva la presión para que el Banco Central de Brasil acometa una
drástica rebaja de los tipos de interés para estimular la actividad económica.
En términos absolutos,
este avance supone que su economía ha alcanzado un valor añadido bruto
equivalente a 2,52 billones de dólares, con lo que supera a los 2,48 billones
de la británica. El cambio de posiciones tiene lugar apenas un año después de
que China se convirtiese en la segunda economía del mundo, por delante de Japón.
El ministro de Hacienda,
Guido Mantega, ha explicado que el país comenzó a desacelerarse en el primer
semestre de 2011 por las medidas para frenar la inflación y que en el segundo
semestre, cuando se esperaba una recuperación, fue sorprendida por el agravamiento
de la crisis internacional. "Lo que provocó este resultado en 2011 fue el
ajuste realizado principalmente en el primer semestre, que redujo un ritmo de
crecimiento que venía muy fuerte en 2010. Fue una política de control de
inflación adoptada porque había una inflación mundial que amenazaba con
contaminar a Brasil", ha señalado.
Guido Mantega, Ministro de Eco
En Brasil, según el
ministro, "no contábamos con el agravamiento de la crisis en el segundo
semestre" y "sin ese agravamiento, nuestro crecimiento económico el
año pasado estaría más próximo del 4% que del 3%". "El deterioro de
la economía mundial en el segundo semestre tuvo un peso grande", ha
agregado.
Desde Alemania, donde
estaba de visita oficial, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, también ha
atribuido la desaceleración de las economías en los países emergentes a la
crisis en los países desarrollados y ha dicho que su Gobierno "adoptará
una posición pro activa para ampliar cada vez más la tasa de crecimiento de
forma sustentable".
Bajando al detalle de
los datos, el mercado interno siguió siendo el principal motor del país. Aunque
no fue inmune al deterioro. Así, el aumento del consumo de las familias, que en
2010 había sido del 6,9%, creció sólo un 4,1%, su menor expansión anual desde
2003 debido principalmente a medidas como el aumento de los intereses y del
encaje bancario. En contrapartida, el sector externo se contrajo el 0,7% por la
crisis internacional.
En el cuarto trimestre
del ejercicio, la economía brasileña experimentó un crecimiento de tres décimas
respecto a los tres meses anteriores, mientras que el dato interanual reflejó
una expansión del 1,4%.
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