Su
triunfo representa un éxito de los sectores más moderados del partido frente al
Tea Party
Mitt Romney ha obtenido
hoy una rotunda victoria en las elecciones primarias de Florida y, con ello, ha
recuperado su condición de favorito para ser el candidato a la presidencia del
Partido Republicano. Su triunfo pone freno al avance de su principal rival,
Newt Gingrich, en las últimas semanas y representa un éxito de los sectores más
moderados del partido frente al Tea Party y los grupos más conservadores.
Romney deberá, sin embargo,
certificar esta victoria en próximos caucus y primarias –el primero de los
cuales se celebrará este sábado en Nevada- para disipar las dudas que todavía
existen sobre su capacidad para asumir un liderazgo que se le ha resistido
desde el comienzo de este proceso electoral.
Con el 98% de los votos
contados, Romney consiguió el 47% del total, dejando a Gingrich con un lejano
32%. Rick Santorum obtuvo el 13% y Ron Paul, un testimonial 7%.
Con estos resultados, se
confirma que la carrera electoral republicana ha quedado convertida en un mano
a mano entre Romney y Gingrich, aunque Santorum y Paul pueden tratar de
continuar en la pelea con el propósito de jugar un papel en el futuro del
Partido Republicano. En el caso de Santorum, no se pueden descartar sus
opciones de ser elegido como candidito a la vicepresidencia. En cuanto a Gingrich,
el eslogan que esta noche presidía el cuartel general de su campaña -“Quedan 46
Estados”- hablaba claramente de su voluntad de seguir adelante.
Romney dijo en su
discurso de victoria que la pugna que se está viendo en estas primarias no
dividirá al partido de cara al futuro, de cara a las elecciones presidenciales.
“Esta batalla nos fortalece”, afirmó, en un discurso en el que concentró sus
críticas en Barack Obama y evitó conflictos con sus rivales dentro del
conservadurismo. “Estas elecciones son para salvar el alma de América”, añadió,
señalando la situación de extremo declive a la que, según él, el presidente ha
conducido al país. “Mi liderazgo acabará con la era de Obama”, aseguró.
Romney se impuso en
Florida después de haber conseguido en los días finales superar la ventaja que
Gingrich había adquirido en las encuestas como consecuencia de su sorprendente
éxito en las primarias de Carolina del Sur.
Romney ha ganado ya,
pues, dos de las cuatro elecciones disputadas hasta la fecha (New Hampshire y
Florida) y se reafirma como el aspirante en mejor posición para la victoria
final. Como se ha demostrado en Florida, donde ha gastado más de diez veces de
dinero que Gingrich, posee la campaña mejor organizada y mejor financiada de
los cuatro que siguen en liza.
Después del fracaso de
Carolina del Sur, donde los votantes conservadores le dieron masivamente la
espalda, Romney decidió aceptar el juego sucio que Gingrich le había planteado
y se enzarzó en un duelo de anuncios negativos en televisión del que,
finalmente, ha salido mejor librado que su contrincante.
La victoria de Romney, a
quien las encuestas muestran como un rival mucho más difícil de batir para
Barack Obama, supone el triunfo de quienes defendían una línea más pragmática
frente a quienes exigen un candidato como demostradas credenciales de extremo
conservadurismo. Un 45% de los que han acudido a las urnas, según una encuesta
de CNN, mencionaron como la primera cualidad que buscan en un candidato la de
que sea capaz de vencer al presidente.
El exgobernador de
Massachusetts sigue teniendo pendiente, no obstante, una reconciliación con ese
sector radical, representado por el Tea Party, que puede continuar ofreciendo
resistencia en Nevada, donde tiene considerable influencia, y en otros estados
donde se celebran elecciones en las próximas semanas.
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