El exanalista de la
Agencia Nacional de Seguridad, refugiado en Rusia, ofrece ayuda para investigar
el espionaje de EE UU.
Manifestación a favor de Snowden el pasado 26 de octubre en Washington. / MANDEL NGAN (AFP)
El exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) Edward Snowden,
que informó al mundo de losprogramas de espionaje electrónico global de EE UU,
ha escrito una carta abierta al "pueblo brasileño” en la que sugiere que
Brasil le conceda asilo. A cambio, ofrece colaborar con las investigaciones que
el país inició tras publicarse que el Gobierno de Barack Obama controló las
comunicaciones de la presidenta Dilma Rousseff y de la petrolera estatal
Petrobras. El Gobierno brasileño, sin embargo, no tiene interés en la oferta y
no piensa acceder a la petición de Snowden, según el diario Folha de S.Paulo, que cita fuentes
del Ministerio de Exteriores.
En la misiva publicada por Folha, Snowden -que
vive en Moscú temporalmente a la espera de que algún país le conceda el asilo
permanente- asegura que la reacción de naciones como Brasil a las revelaciones
de espionaje masivo estadounidense ha sido muy inspiradora para él. Rousseff
llegó a cancelar su viaje oficial a EE UU ante la falta de explicaciones sobre
lo que consideró un caso de espionaje económico.
Snowden mantiene que muchos senadores brasileños le han pedido ayuda
para investigar los posibles delitos cometidos contra los ciudadanos, pero
afirma en la carta que hasta que un país no le conceda el asilo político
permanente, el Gobierno de los EE UU continuará interfiriendo en su capacidad
de hablar.
"Expresé mi disposición a ayudar, cuando sea apropiado y legal,
pero desgraciadamente el Gobierno de EE UU trabaja arduamente para limitar mi
capacidad de hacerlo, ¡llegando al punto de obligar a aterrizar al avión presidencial
de Evo Morales para impedirme viajar a América Latina!". Brasil, recuerda
Snowden en la carta, fue coautor junto con Alemania de la resolución aprobada
en una Comisión General de la ONU en la que se asociaba el impacto del
espionaje a las violaciones de derechos humanos.
El Gobierno de Dilma Rousseff, junto con otra larga lista de países, ya
había recibido una solicitud de asilo de Snowden desde Rusia, a la que no
respondió.
La nueva petición del exespía, que aún no ha sido enviada oficialmente a
las autoridades, es sutil –no somete su colaboración a lo que parece una
petición de asilo explicitamente- pero cuenta con el apoyo del periodista
estadounidense Glenn Greenwald que, desde Río de Janeiro, colaboró con Snowden
para publicar en diferentes medios el contenido encriptado de sus documentos.
"Si el Gobierno brasileño le gradece las revelaciones, es lógico
protegerlo", dijo Greenwald a Folha. La organización civil
Avaaz también iniciará una campaña en su web para apoyar la causa, según el
diario brasileño.
Las revelaciones de Snowden causaron en Brasil un revuelo mayor que en
otros países europeos en los que la NSA también intervino comunicaciones de sus
líderes y ciudadanos comunes. Rousseff, además de cancelar su viaje, exigió
explicaciones y disculpas a Washington por lo que consideró una violación de su
soberanía. En su última entrevista con EL PAÍS, la presidenta afirmó que el
Gobierno de Obama se sentía muy avergonzado por el episodio, pero que no era
capaz de resolver el problema solo con Brasil ya que afectaba a más países
amigos.
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