El dirigente
buscado López anuncia que asistirá a una protesta el martes.
EWALD
SCHARFENBERG Caracas
Mientras la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz,
denunciaba la posible gestación de un golpe de Estado en Venezuela, el ex candidato
presidencial y líder opositor, Henrique Capriles Radonski –gobernador
del estado de Miranda- anunció la próxima convocatoria de una concentración
contra la violencia.
La titular del ministerio público sumó su voz a la de otros funcionarios
públicos –entre ellos, el presidente Nicolás Maduro- que afirman que los desórdenes que tienen lugar en Caracas y otras
ciudades venezolanas desde mediados de la semana pasada forman
parte de una trama conspirativa que busca derrocar al Gobierno.
El domingo, la ministra de Información y Comunicación (MinCI), Delcy
Rodríguez, insistió en la teoría de una conspiración, durante una conferencia
de prensa en la que atribuyó la autoría del golpe en marcha “al narcoparaco”
Álvaro Uribe Vélez, ex presidente de Colombia.
Capriles Radonski, en una rueda de prensa ofrecida el domingo en
Caracas, le siguió la corriente a esa versión pero para reducirla al absurdo:
“Los civiles no damos golpes de Estado”, le devolvió la pelota al oficialismo,
“así que le exigimos al Gobierno que muestre las evidencias de los militares
que pueden estar actuando contra la Constitución”.
El ex candidato Capriles Radonski dio un paso al frente con su
intervención, después de que los hechos en la calle parecieran haberle
concedido la iniciativa política a los dirigentes de la opositora Mesa de la
Unidad Democrática (MUD) que, como Leopoldo López y María Corina Machado,
favorecen opciones más allá de las electorales para desalojar al Gobierno de
Nicolás Maduro. Capriles exigió al primer mandatario el desarme de los grupos
paramilitares adeptos a la revolución y, si bien rechazó la violencia, pidió
que no se criminalice a los estudiantes “que tienen razones para protestar”. Al
adelantar la próxima realización de una marcha contra la violencia, aseguró que
pronto dará a conocer el lugar y fecha para la convocatoria.
La noche anterior, autoridades de la policía política allanaron las
residencias de Leopoldo López y de su padre. López, en busca y captura acusado
de ser el instigador de los desórdenes, anunció este domingo por la noche en un vídeo colgado en su cuenta de
Twitter que el martes encabezará una marcha al Ministerio del
Interior. “Estaré allí para dar la cara. No he cometido ningún delito”, afirmó.
La jornada dominical pareció abrir una tregua después de cuatro días de
protestas protagonizadas por grupos estudiantiles contrarios al Gobierno
chavista. El sábado por la noche se desataron verdaderas batallas campales en
algunos puntos del este de Caracas. Por tercera noche consecutiva, los
efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana desalojaron a grupos de
manifestantes en las calles adyacentes a la Plaza Francia de Altamira. Las
escaramuzas se tornaron violentas y se extendieron al vecino barrio de Chacao,
donde se produjeron destrozos en inmuebles gubernamentales y agencias
bancarias. Los sectores estudiantiles han denunciado la acción de presuntos
infiltrados con la misión de generar violencia.
También se registraron disturbios nocturnos frente a la sede del
principal canal de televisión del Estado, Venezolana de Televisión. La
televisora está enclavada en el corazón de una zona residencial de clase media
y tradicionalmente antichavista al este de Caracas. Piquetes de los cuerpos de
seguridad dispersaron a los manifestantes mediante el uso de gases lacrimógenos
y perdigones. En Ciudad Guayana, al sur del país, una vigilia estudiantil fue disuelta
violentamente por efectivos militares.
El domingo, bajo el sol caribeño, cientos de estudiantes marchaban por
la avenida Francisco de Miranda, el centro geográfico de la ciudad. Pero el
lunes concentraba las expectativas. Ese día se despejarán las incertidumbres
sobre los efectos que tendrá la decisión del presidente Nicolás Maduro de castigar a los cantones opositores suspendiendo los
servicios de metro y metrobús que los atienden. Ambos sistemas
constituyen los medios principales para la movilización de los caraqueños, que
ahora deberán enfrentar, además de sus penurias cotidianas para conseguir
determinados bienes de consumo, la duda acerca de cómo llegarán a sus sitios de
trabajo.
También para el lunes se espera una reacción de los “colectivos” o
grupos de base armados del chavismo, de quienes el sábado el presidente Maduro
pareció distanciarse. “El que lleve franela roja y saque un arma para atacar a
alguien, no es chavista”, fue su advertencia.
En su edición dominical el diario Últimas
Noticias de Caracas puso en entredicho la versión oficial
sobre los disturbios del miércoles, los más graves de la semana, que en la
capital tuvieron un saldo de tres muertes y decenas de heridos. Haciendo un
análisis de fotos y vídeos aficionados, el diario demuestra que funcionarios de
la policía política reprimieron a los manifestantes con disparos, y que podrían
haber causado dos de los decesos.
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