Majestuoso testimonio de un poder agostado

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martes, 9 de julio de 2013

El suicidio del Partido Republicano



Por Andrés Oppenheimer | LA NACION



MIAMI.- A juzgar por las nuevas objeciones de los congresistas republicanos al proyecto de ley de inmigración que legalizaría a cerca de 11 millones de indocumentados, parecería ser que el Partido Republicano no aprendió la lección de su derrota electoral de 2012 y que no tiene intenciones de regresar a la Casa Blanca en el futuro próximo.
Así como pronosticamos en esta columna a principios del año pasado que los republicanos recibirían una paliza en las elecciones de noviembre debido a su retórica antiinmigración, ahora todo parece indicar que perderán las elecciones de 2016 por seguir actuando como el partido "antihispano".
Veamos los hechos:
Después de aceptar a regañadientes debatir una reforma migratoria tras perder las elecciones presidenciales del año pasado -en las que Obama ganó un aplastante 71% del voto hispano-, los senadores republicanos dijeron que apoyarían una vía hacia la ciudadanía para los indocumentados a cambio de mayores controles en la frontera entre Estados Unidos y México.
Así, el 27 de junio el Senado aprobó un proyecto de ley migratoria con una enmienda exigida por los republicanos, por la cual se aumentarán en 30.000 millones de dólares los fondos para el control fronterizo. Los críticos dicen que es el mayor despilfarro gubernamental que han visto en décadas. El dinero se empleará para duplicar el número de agentes de frontera, añadir más de 1000 kilómetros al muro fronterizo y comprar nuevos aviones no tripulados y radares. El problema es que esto se hará en momentos en el que el flujo de indocumentados ha bajado casi a cero desde la crisis económica de 2008. Los cruces ilegales están en el nivel más bajo de los últimos 40 años, según ha dicho Obama. Por otra parte, según estudios gubernamentales, alrededor del 40% de los indocumentados entra al país por avión, con visas de turismo, y luego se queda. En cuanto a la construcción de más muros, eso sólo impulsará a los inmigrantes indocumentados a cruzar por áreas más remotas y desprotegidas, dicen los críticos.
Ahora, tras la aprobación del proyecto de ley en el Senado con el apoyo de apenas 14 senadores republicanos, los republicanos de la Cámara de Representantes están planteando nuevas objeciones. Bob Goodlatte, líder del Comité Judicial de la Cámara, dijo que no apoyará ninguna ley que incluya una vía hacia la ciudadanía y que sólo respaldará una ley que dé a los indocumentados un estatus legal permanente, sin acceso a la ciudadanía.
Uno de los motivos por los que los congresistas republicanos están tan despreocupados por el voto hispano es que prácticamente no tienen votantes latinos en sus distritos. Además, muchos republicanos creen que su partido puede ganar en 2016 aumentando el voto de los blancos.
Brit Hume, analista político de Fox News, dijo esta semana que las advertencias de que los republicanos perderán en 2016 sin el voto latino son "tonterías". El motivo por el que los republicanos perdieron en 2012 fue que muchos blancos no salieron a votar, aseguró.
Mi opinión: el Partido Republicano se está suicidando políticamente al seguir defendiendo posturas antiinmigración para congraciarse con su ala derecha. El aumento de 30.000 millones para la protección fronteriza es un monumental malgasto de dinero y no otorgar una vía a la ciudadanía para los indocumentados crearía una subclase social que tarde o temprano demandará derechos políticos. Eso ya se ha hecho en Europa y el resultado ha sido aumentar las tensiones sociales.
Si los republicanos siguen por ese camino, están condenados a seguir perdiendo elecciones. Y no lo digo sólo yo -un columnista al que la derecha antiinmigrante tilda de "izquierdista" y partidario de una supuesta invasión de indocumentados-, sino el propio Karl Rove, el principal asesor político del ex presidente George W. Bush, quien días atrás escribió en The Wall Street Journal una columna titulada "Más votos blancos no salvarán al Partido Republicano".
Detesto coincidir con usted, Karl, pero esta vez tiene razón. Los hispanos somos ya la minoría más grande de Estados Unidos y con 50.000 jóvenes hispanos que cumplen 18 años cada mes los congresistas republicanos están poniendo un nuevo clavo en su ataúd al negarse a apoyar el proyecto de ley aprobado en el Senado.
© LA NACION.


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