Kiev intercambia a
150 soldados por 222 milicianos separatistas en Ucrania.
Un prisionero de guerra ucranio se abraza a su madre durante el acto de liberación de prisioneros en Lugansk, Ucrania, este viernes. / YURIY STRELTSOV (EFE)
El presidente ruso, Vladímir Putin,
firmó ayer la nueva doctrina militar, que considera el avance de la OTAN y el
despliegue en Europa del sistema antimisiles de Estados Unidos como uno de los
principales peligros para la seguridad nacional.
A pesar de los nuevos desafíos que
suponen los cambios geoestratégicos en el entorno de Rusia debido tanto al
reforzamiento de la Alianza Atlántica como a la pérdida de exaliados (Ucrania,
por ejemplo), y contrariamente a lo pedían algunos halcones, el documento no
incluye la posibilidad de un ataque nuclear preventivo y solo contempla el uso
de armas atómicas como respuesta.
Moscú sigue considerando el escudo
nuclear estadounidense en Europa como una grave amenaza, de ahí que el
documento recoja la necesidad de responder a los “intentos de ciertas potencias
de lograr la superioridad militar por medio del despliegue de elementos
estratégicos” adoptando las medidas que permitan neutralizar la defensa
antimisiles que desarrolla Washington. Con este fin, los rusos han desarrollado
nuevos misiles capaces, según Moscú, de penetrar el escudo nuclear
norteamericano; en 2015 el Ejército tendrá 50 de estos nuevos cohetes
intercontinentales.
Rusia no solo lamenta el acercamiento
de la OTAN a sus fronteras y el aumento del potencial militar de la Alianza,
sino que califica de “violación del derecho internacional” el que ésta asuma
“funciones globales”. La nueva doctrina enumera otros peligros como las
pretensiones sobre parte del territorio de Rusia y de sus aliados o los
conflictos en países limítrofes. El texto señala la necesidad de mantener en
estado de alerta máxima a las Fuerzas Armadas como medida disuasoria, lo que
define como “contención no nuclear”.
Al Kremlin le preocupa mucho la
injerencia en sus asuntos internos. Al respecto, considera que una de las
principales amenazas la constituyen las actividades para influir a través de la
esfera informativa sobre la población, ante todo en los jóvenes, con el fin de
“minar las tradiciones históricas, espirituales y patrióticas”.
Por primera vez se nombra la defensa
de los intereses nacionales rusos en el Ártico como una de las principales
tareas de las Fuerzas Armadas, y se constata la necesidad de ampliar las
relaciones con los otros países BRICS (Brasil, India, China y Sudáfrica, además
de Rusia), así como con Abjazia y Osetia del Sur, repúblicas cuya independencia
el Kremlin reconoció después de la guerra con Georgia en 2008. El documento no hace
referencia directa ni al conflicto en el este de Ucrania ni a la anexión de
Crimea. Kiev suspendió ayer todos los servicios de tren y autobús a la
península “por amenazas a la seguridad de los pasajeros”.
Intercambio de prisioneros ucranios
Mientras, las conversaciones en Minsk
entre las autoridades de Ucrania y los separatistas prorrusos de Donetsk y
Lugansk, que debían haber continuado ayer, fueron canceladas. Sin embargo, sí
se realizó el canje de prisioneros entre las partes en conflicto. La fórmula
acordada era la de “todos por todos”; como resultado, los rebeldes entregaron
145 soldados y los ucranios 222 combatientes.
El motivo oficial de la cancelación
de las negociaciones de paz se desconoce, pero sí se sabe que las
conversaciones del pasado miércoles, que duraron más de cinco horas, fueron
sumamente difíciles y prácticamente no hubo progreso.
Vladislav Deinego, representante de
Lugansk, aseguró que tanto su autoproclamada República Popular como la de
Donetsk entregaron a la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa
(OSCE) los textos de sus declaraciones unilaterales sobre las últimas
negociaciones celebradas en Minsk, así como el proyecto de protocolo, que en
caso de ser rubricado por Kiev los líderes prorrusos firmarían. Sin embargo,
las autoridades ucranias, según Deinego, no reaccionaron a ninguno de los
textos, lo que habría determinado la cancelación de la reunión de ayer en la
capital bielorrusa.
Deinego agradeció especialmente a la
representante de la OSCE en Ucrania y en las conversaciones de Minsk su
posición conciliadora. “La República Popular de Lugansk expresa su profundo
reconocimiento a Heidi Tagliavini por su posición ecuánime y sus reiterados
intentos de lograr un compromiso” durante las negociaciones del miércoles,
subrayó el negociador separatista.
Los prorrusos y las autoridades de
Kiev se acusaron ayer de romper el alto el fuego y Andréi Lisenko, portavoz de
los militares ucranios que combaten en el este del país, dijo que un soldado
había resultado muerto y otro herido.
Los principales puntos que deben tratar las partes
en conflicto en su próxima reunión son la retirada del armamento pesado de la
línea de contacto —el repliegue debe crear una franja de seguridad de 30
kilómetros, 15 por cada lado—, el levantamiento del bloqueo económico a los territorios
rebeldes, el estatus especial para estos, una amnistía para los rebeldes y la
ayuda humanitaria.
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