La ley Magnitski niega el visado y congela los activos de los funcionarios rusos vinculados con abusos de derechos humanos.
Rodrigo Fernández Moscú
El presidente ruso, Vladímir Putin, dio hoy su primera conferencia de prensa desde que regresó al Kremlin, la octava que da como jefe del Estado (durante sus anteriores dos mandatos hubo siete). Una serie de preguntas estuvieron relacionadas con la respuesta rusa a la llamada lista Magnistki, una ley que Putin ha criticado y calificado de "antirrusa". Esta nueva ley fue adoptada en Estados Unidos recientemente para sustituir a la enmienda Jackson-Vinik, aprobada en 1974, y que ya después de la caída de la Unión Soviética y del fin oficial de la guerra fría continuó, durante más 20 años, limitando el comercio con Rusia.
Las relaciones comerciales han sido normalizadas, pero Estados Unidos adoptó la ley Magnitski, que castiga a los funcionarios rusos relacionadas con la violación de derechos humanos, a los que debe negar visados y congelar sus activos. Esta nueva ley estipula, además, la publicación de los nombres de aquellos involucrados supuestamente en la muerte del abogado Serguéi Magnitski, ocurrida en una cárcel rusa en 2009.
La llamada lista Magnitski fue recibida de uñas en Rusia. En respuesta, la Duma Estatal ya ha aprobado en segunda lectura una ley que, entre otras medidas –como la denegación de visados a ciertas personas-, prohíbe la adopción de niños rusos por parte de estadounidenses.
Putin, aunque reconoce que la reacción de la Duma Estatal ha sido "emocional", ha dicho que apoya dicha prohibición. El presidente ruso señaló que en sustitución de una "ley antisoviética" el Congreso estadounidense ha aprobado una "ley antirrusa", y que se trata de una humillación al país. Ha señalado que el Gobierno ruso es partidario de que los funcionarios no tengan cuentas en el extranjero y ha reconocido que hay problemas con los derechos humanos, pero se ha asombrado de que allí se preocupen por esos derechos en las cárceles rusas, cuando también existen en las estadounidenses.
Al respecto, se ha referido a las de Abu Ghraib y Guantánamo, que no ha sido clausurada a pesar de las promesas hechas al respecto, donde se ha "torturado" y quizá se "continúe torturando", donde los presos permanecen sin que se les formule acusación y se les juzgue. Putin ha recordado también las cárceles de la CIA en otros países. "¿Se imaginan lo que sucedería si algo parecido ocurriera aquí? ¡Nos hubiera comido vivos hace tiempo! […] En cambio allí, todo tranquilo, silencio", exclamó.
Sobre las adopciones, Putin ha explicado que cuando suceden desgracias con niños rusos adoptados —ha habido varios casos mortales—, a los representantes de la embajada ni siquiera les permiten actuar como observadores en los procesos judiciales, a pesar del acuerdo al respecto firmado con Washington.
"Cuando se cometen delitos contra los niños rusos adoptados, en la mayoría de los casos la justicia norteamericana no reacciona en absoluto", ha afirmado. Al respecto Putin ha dicho que estudiarán la situación creada y opinó que un acuerdo que no funciona no tiene razón de ser, por lo que no descartó que sea denunciado por Rusia. Al mismo tiempo, Putin subrayó que agradece a los estadounidenses que han adaptado a niños en Rusia y dijo que la inmensa mayoría son buenos padres.
En política interior, negó que hubiera impuesto un régimen autoritario y recordó que a pesar de las numerosas presiones se negó a permanecer en el Kremlin en 2008. Según él, en ese entonces no pensaba en la posibilidad de volver a ser presidente, ya que la situación no era para hacer planes a largo plazo, pues la crisis económica había llegado a Rusia y nadie sabía en aquella época qué sucedería. "La democracia es, ante todo, el respeto a la ley", señaló, y agregó que aunque Bakunin era muy buena persona, "no necesitamos la anarquía". Lo que ha hecho el Gobierno es garantizar la estabilidad en el país, opinó el líder ruso.
Al inicio de su intervención, Putin ya se había referido como al principal éxito del Gobierno la estabilidad, refiriéndose no a la política sino a la financiera. Para ilustrar este triunfo el presidente dio una serie de cifras que denotan la buena salud económica del país, en el que las reservas de divisas han seguido aumentando y llegan hoy a casi 400.000 millones de euros. El crecimiento del PIB (hasta octubre) ha sido del 3,7%, lo que, teniendo en cuenta la coyuntura internacional, Putin considera un buen índice. El presidente ruso se refirió al aumento del salario medio, a la disminución del desempleo (del 6,6% el año pasado al 5,4%) y se mostró especialmente "orgulloso" por el aumento de la tasa de natalidad.
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