VIAJE
HISTÓRICO/Visita
del Pontífice a Cuba
El papa
aboga en Cuba por la reconciliación. ATLAS
MÒNICA BERNABÉ/EL MUNDO
El Papa ha oficiado este domingo su primera misa en Cuba, en la Plaza de la Revolución de
La Habana, dentro de una intensa jornada en la que se reunirá con el
presidente Raúl Castro, mantendrá encuentros con religiosos y con jóvenes y es
posible, según el Vaticano, que también vea al ex gobernante Fidel.
Durante la ceremonia en la capital, Francisco ha instado a los cubanos a servir "a las
personas" y no "a las ideas". A su vez, ha asegurado
que el pueblo de Cuba tiene "vocación de grandeza", lo que hay que
cuidar, sin olvidar el servicio a los más frágiles y la atención a los más
desfavorecidos.
El Pontífice ha aprovechado el acto
para hablar de Colombia, alegando que no puede haber "otro
fracaso" en el "camino de la paz y reconciliación" del
país americano. Y en clara alusión a las negociaciones ubicadas en La Habana
entre Bogotá y las FARC, Francisco agradeció "los esfuerzos que se están
haciendo, en esta bella isla, para una definitiva reconciliación".
El acto religioso en la emblemática
Plaza se desarrolló en un gran estrado preparado delante del edificio del
Teatro Nacional de Cuba y flanqueado en los laterales por la efigie del Che
Guevara y el monumento al prócer independentista cubano José Martí.
A las 22.00 horas (española), el
Pontífice acudirá al Palacio de la Revolución donde será recibido por Raúl
Castro, y habrá una presentación de la delegación que acompaña al pontífice en
su visita a la isla.
Desde allí partirá, aproximadamente
una hora después, hacia la Catedral de La Habana, en el casco histórico de la
ciudad, para asistir a una plegaria de vísperas con sacerdotes, religiosos y
seminaristas.
Historia
La Iglesia Católica tiene en Cuba dos huesos duros de roer: la competencia que le hace la religión yoruba -los
cultos africanos llegados con los primeros esclavos en el siglo XVI, y que se
mantienen vivos en la isla más de 400 años después-, y las zancadillas que le pone el Estado.
Los católicos que hay en el país
esperan ahora que el Papa Francisco, con su visita a la isla, sea mano de
santo: que contribuya a que el Gobierno cubano se muestre menos receloso con la
Iglesia y le dé más libertad de acción.
Además, todos los cubanos, creyentes
o no, anhelan que el Pontífice haga presión para que Estados Unidos levante su embargo comercial a la isla y
que consagre su apertura al mundo. En definitiva, en conjunto, casi un milagro.
Antes de la visita, el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin,
manifestaba su esperanza de que la liberalización económica "conduzca a
una mayor apertura desde el punto de vista de los derechos humanos".
Jorge Mario Bergoglio estará en Cuba
hasta el martes y después volará a Washington, donde se encontrará con el
presidente Barack Obama y se convertirá en el primer Pontífice que hable ante
el Congreso estadounidense. Un viaje sin duda histórico.
La misa en la Plaza de la Revolución
Curiosamente, en la misa de esta
mañana en la Plaza de la Revolución "sólo podrán comulgar los fieles que
lleven en la solapa una pegatina acreditativa", ha explicado el padre
dominicano Francisco Escolástico, vicario de la parroquia del Sagrado Corazón
de Jesús, lamentando que hayan tenido que estar pendientes de estas minucias.
"¡Nos ha llevado horas de discusión en el seno del clero cubano!",
aseguró.
Aunque suene surrealista, existe una
razón. "En la visita del Papa Benedicto XVI en 2012, el Gobierno cubano
llevó a la misa empleados de sus centros de trabajo y, tras el oficio
religioso, las hostias sagradas estaban tiradas por el suelo. Yo mismo las
vi", argumentó el padre Escolástico.
Historia
Con el triunfo de la Revolución en
1959, se persiguió cualquier tipo manifestación religiosa en el país. El 17 de
abril de 1961 más de un millar de exiliados cubanos entrenados y armados por la
CIA norteamericana desembarcaron en Playa Girón. Entre ellos, había tres curas.
A partir de entonces, Fidel Castro hizo cruz y raya con el clero y la Iglesia
católica se equiparó casi al diablo en la isla. Además, la Iglesia católica
nunca ha condenado oficialmente el bloqueo comercial que EEUU mantiene contra
Cuba. Lo hicieron las iglesias protestante, adventista, evangélica, y hasta los
propios santeros. Pero no la jerarquía católica.
"Eso no quiere decir que estemos
a favor del embargo", se ha defendido el padre vasco Juan Miguel Arregui,
superior de los jesuitas en Cuba y presidente de todos los religiosos católicos
que se encuentran en la isla. No son muchos. Hay unos 800 religiosos para un
país de 11 millones de habitantes. De ésos, el 75% son extranjeros, según
Arregui.
El sacerdote jesuita explicó que, con la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998,
se consiguió que la Iglesia, que hasta entonces había sido anulada, se empezara a aceptar en el país. En 2012, con el
viaje de Benedicto XVI, se logró que la religión católica tuviera presencia en
los medios de comunicación. Esta semana, por ejemplo, los canales cubanos han
emitido un mensaje televisado de Francisco. Ahora el siguiente paso es hacer
posible que la Iglesia tenga un rol educativo y social en
el país. Y está en manos de Bergoglio conseguirlo.
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