En una conferencia
organizada por EL PAÍS en Porto Alegre, el ex Presidente defiende la economía
brasileña y rechaza las críticas al Gobierno de Dilma Rousseff.
PEDRO MARCONDES PORTO ALEGRE
Lula en el evento de El País
El ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) está seguro sobre la situación de Brasil:
"Los que creen que el país retrocederá están equivocados. No habrá
retroceso", declaró. Lula, que participó de la conferencia “Desarrollo,
Innovación e Integración Nacional”, organizada por el
diario EL PAÍS el pasado viernes en Porto Alegre. Ironizó sobre
las críticas a la economía brasileña. "Si el problema [del mercado
financiero] fuera sólo el mal humor, sería fácil. Llamaríamos a un
humorista", afirmó. Lula también apuntó algunos datos sobre el desarrollo
de Brasil desde 2003, año en que llegó al poder, y pidió a los presentes que
compararan esas cifras con las de gobiernos anteriores.
A la conferencia asistió un nutrido grupo de expertos y políticos
brasileños, entre ellos el Gobernador de Rio Grande do Sul, Tarso Genro (PT). El ex
director de EL PAÍS y director editorial de PRISA, Javier Moreno,
aseguró al comienzo del evento: "El triunfo de Brasil y de Río Grande do
Sul, con inclusión social y una sociedad más igualitaria, lo sentimos como si
fuera nuestro".
El discurso más largo y más esperado del seminario fue el pronunciado
por el ex Presidente Lula. Durante más de una hora,
exaltó los éxitos de los 11 años de Gobierno del PT, tanto de su época como
mandatario (2003-2011) como de la Presidenta Dilma Rousseff, que disputará las
elecciones el próximo octubre. "Para que se entienda el futuro, hay que
viajar al pasado y ver lo que se ha logrado", dijo, fustigando a los
gobiernos anteriores. Para Lula, Brasil ha reaccionado bien ante "la mayor
crisis financiera desde 1929" al generar una tasa de empleo récord. El ex
Presidente incluso defendió el crecimiento del 2,3% en 2013, que fue
considerado insignificante por muchos economistas. Sólo nueve países del G-20
(grupo que reúne las 20 mayores economías del mundo) crecieron más del 2%,
sostuvo.
Lula reconoció, sin embargo, que Brasil se encuentra en un periodo que
requiere atención. Pero culpó principalmente a la actual coyuntura
internacional de los males a los que se enfrenta. Los problemas económicos de
EE UU y Europa, en su opinión, están afectando negativamente a la economía
nacional, algo que se podría evitar si las principales potencias ampliaran los
intercambios internacionales y redujeran el proteccionismo.
Al contrario de los expertos que están preocupados con el endeudamiento y
la falta de ahorro de las familias, Lula defendió el aumento del crédito para
estimular el crecimiento brasileño. "Sin crédito no se puede ir a ningún
lugar. Hay países en los que el crédito supone el 80% del PIB y [otros] hasta
el 120%", aseguró. El ex Presidente también aprovechó el tema para
rechazar las críticas que se hacen sobre un supuesto descontrol en los gastos
del Gobierno Federal. Pidió que se comparara la actual relación entre deuda
pública y PIB con la que encontró al suceder el ex Presidente Fernando Henrique
Cardoso (PSDB).
Asimismo, Lula habló sobre los programas sociales, como el Bolsa
Familia, que transfiere dinero público a familias pobres. Según el ex mandatario,
esos programas representan sólo el 0,5% de los gastos del Gobierno, pero generan
un ciclo de consumo que mueve la economía. Las críticas que afirman que quienes
se benefician de los programas dejan de trabajar o de buscar empleo son un
mito, según él. "El 80% tiene una ocupación", aseguró. Pero la renta
que tienen no les saca de la miseria. Además, los programas forman parte de una
política de ascenso social de la capa más pobre de la población, que ahora
tienen acceso a productos y servicios. "Me encanta cuando veo a los pobres
invadiendo los aviones", dijo Lula, logrando los aplausos de los
presentes.
El ex Presidente criticó el pesimismo de
la prensa nacional y extranjera, sobre todo la estadounidense y británica.
"Lo que hacen con Dilma sólo es similar a lo que hacían con [Hugo] Chávez
en Venezuela", se quejó. Tras decir que Brasil es ahora una potencia
mundial, que pronto podrá convertirse en la "quinta mayor economía del
mundo", Lula rechazó a los expertos y periodistas que han elegido a México
como la nueva nación en ascenso. "Me fui a enterar [de los fundamentos
económicos mexicanos] y todo es peor que en Brasil", analizó. "Lo que
hacen mejor, nosotros ya lo hicimos con Petrobras hace 20 años", añadió.
México está embarcado en una reforma energética que permitirá la participación
de empresas extranjeras en la explotación de petróleo y gas.
Lula subrayó, además, que Brasil necesita ampliar el comercio
internacional con los países de América Latina. Y destacó que el comercio con
Chile es mayor que con países de Europa, como Italia y España. También subrayó
la importancia de aumentar el intercambio comercial con países de África.
"El Atlántico no es un obstáculo, sino una oportunidad", aseguró.
Entre los productos brasileños que podrían ser adquiridos por los africanos, el
ex Presidente apuntó el sector automovilístico. Y sugirió que las empresas de
automóviles que están presentes en Brasil tengan también que vender parte de su
producción al mercado externo.
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