Las fuertes
protestas en contra del avance oficial sobre la Justicia dominarán la escena
política la semana venidera. La presidenta Cristina Kirchner comenzó ayer a
tomar nota del cacerolazo convocado a través de las redes sociales para el
jueves 18 de abril, llamado ya el 18-A ,
y resolvió viajar a Venezuela ese mismo día, horas antes de la protesta.
En
conversaciones informales, los funcionarios comenzaron ayer a analizar
estrategias para minimizar el impacto de la marcha, cuyos organizadores esperan
que sea masiva. La convocatoria prevé protestas en
distintos puntos del país e, incluso, frente a embajadas y consulados
argentinos en el exterior, para reclamar contra las políticas oficiales, la
reforma judicial y la re-reelección presidencial, entre otras consignas.
"Por ahora nuestra estrategia es no darle
entidad: demostrar que el asunto no preocupa y no modificará ninguna política
del Gobierno", confiaron a LA NACION fuentes oficiales.
Mientras el cacerolazo está convocado para las 19,
la mandataria partirá a Venezuela ese mismo jueves, poco después del mediodía.
El viaje fue decidido por la propia Presidenta en los últimos días y, así,
estará en vuelo en plena concentración. Si bien lo mantenía ayer en secreto, LA
NACION pudo saber que Cristina Kirchner quiere llegar con tiempo de
anticipación a Caracas para asistir el viernes a la ceremonia de asunción del
nuevo presidente de Venezuela, que surgirá de las elecciones que se harán
mañana en ese país.
Descuenta que el elegido será su aliado chavista,
el presidente encargado Nicolás Maduro, el delfín del fallecido líder
bolivariano Hugo Chávez. No se sabe si Cristina Kirchner mantendría su viaje en
el caso de que venciera el candidato antichavista Henrique Capriles.
El viaje de la Presidenta a Caracas encierra un
mensaje político a los impulsores del cacerolazo del 18-A. Precisamente, el
régimen fundado por Chávez es el mismo modelo político que rechazan los
convocantes a la marcha del jueves, a la que se sumaron ayer varios partidos de
la oposición.
La convocatoria se extenderá varios puntos de la
ciudad, del conurbano y de distintas provincias. En la Capital, se prevén
concentraciones en varias esquinas de Belgrano, Palermo, Flores, Liniers,
Núñez, Caballito, Retiro y Recoleta, entre otros barrios porteños. Desde varias
esquinas -una de las concentraciones principales será en Santa Fe y Callao- se
movilizarán al Obelisco y a la Plaza de Mayo.
"Tenemos que viajar el jueves a Caracas",
les avisó ayer Cristina Kirchner a varios miembros de su círculo íntimo, en
Olivos, poco antes de viajar a Santa Cruz, donde descansará durante el fin de
semana.
Para adelantar la partida, incluso, la Presidenta
reprogramó un acto institucional que originalmente debía encabezar el jueves, a
las 18, y que se pasó para las 11.30. Será en el Salón de las Mujeres, para
anunciar la compra y distribución de 13 millones de libros escolares por $ 400
millones.
Muchos programadores de blogs, páginas de Facebook
y Twitter pidieron a la oposición que aparezca unida. Ese es uno de los
reclamos con miras a las elecciones legislativas del 27 de octubre próximo: que
se conformen al menos dos frentes electorales para enfrentar al kirchnerismo.
La convocatoria comprende varias consignas. Entre
otras, los reclamos por el respeto a la Constitución, la justicia independiente
y el rechazo a la re-reelección, la corrupción, la inseguridad, el cepo
cambiario, la inflación, las estadísticas del Indec, la pobreza y el
clientelismo.
La convocatoria se hizo mediante siete perfiles de
Facebook que invitan a la marcha. "Mientras que en la marcha del 13 de
septiembre último hubo 40.000 invitaciones, para esta marcha ya existen más de
425.000 invitaciones a los eventos de Facebook", dijo un programador.
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