ABDULBASET SEIDA, PRESIDENTE DEL CONSEJO NACIONAL SIRIO
El líder de la oposición siria visita esta semana Madrid y Berlín para reunir apoyos a la revolución.
Él es kurdo, una de las minorías de peso en Siria. Pero dice representar también a árabes y a sirios, cristianos y musulmanes, a suníes, drusos, alauíes e ismailíes, a laicos e independientes. Abdulbaset Seida (Amuda, Siria, 1956) preside desde junio el Consejo Nacional Sirio (CNS), el órgano que mejor representa, de momento, al diverso entramado de la oposición al régimen de Bachar el Asad. “A un 80%, 70% o 60%”, calcula sin muchos reparos este filósofo de carrera. ¿Su principal objetivo? “Acabar con el régimen”, señala Seida. Eso, si la guerrilla rebelde gana primero en el campo de batalla.
Pregunta. ¿Qué relación tiene el CNS con los rebeldes?
Respuesta. La revolución siria se divide en un triángulo: el revolucionario, que lo representan las coordinadoras de jóvenes; la defensa, a cargo del Ejército Libre de Siria (ELS), y el político, en manos del CNS. Nos coordinamos con los oficiales del ELS en Turquía y Jordania. Se han creado muchos consejos militares en provincias sirias y nos comunicamos con ellos. Necesitamos conocer lo que pasa para poder controlar las armas cuando caiga el régimen.
P. ¿El CNS está en Siria?
R. Hace una semana, una delegación viajó a Alepo, se reunió con los líderes militares, que presentaron un informe de lo que sucede, cuáles son las necesidades de la ciudad, la relación con el pueblo... Hay gente que entra y sale. Es una frontera casi abierta, controlada por los rebeldes, pero con el riesgo de que puede ser bombardeada.
P. El apoyo social lo concentra el ELS. ¿Cómo recogerá el CNS ese respaldo tras la guerra?
R. Las decisiones militares, la defensa de los sirios, es misión del ELS, pero el liderazgo político es del CNS, que trabaja para ganar el apoyo político y económico internacional hacia la revolución siria. Una vez que derrotemos al régimen habrá una fase transitoria en la que viajaremos juntos para sobrepasar los asuntos negativos.
P. La disidente del CNS Bassma Kodamni ha denunciado que no hay “proyecto nacional”...
R. Lo tenemos y está basado en una Siria civil, plural, democrática, que respete a todas las etnias y nacionalidades, donde nadie esté por encima de la ley.
P. ¿El 100% del CNS comparte ese modelo de Estado?
R. Está en nuestro programa político y así lo plasmamos en junio en la reunión de la oposición celebrada en El Cairo.
P. En algunas partes de esta nueva Siria, los rebeldes aplican la sharía (ley islámica)...
R. La sociedad siria es moderada, los religiosos no son extremistas y el islam político no es activo. Los Hermanos Musulmanes han cambiado mucho y han presentado un proyecto admitiendo el respeto de las particularidades de todos los sirios. Dentro de una guerra siempre hay cosas extremistas y pueden convertirse en un fenómeno. Si el régimen sigue masacrando al pueblo, el extremismo puede expandirse. Pero la élite cultural, económica, política, intelectual está trabajando para impedirlo. El régimen intenta atemorizar diciendo que el integrismo será el señor cuando esto termine. Pero vamos a cortar ese camino porque Siria no ha tenido nunca conflictos entre religiones.
P. ¿Aceptaría la sharía si hay consenso en el seno del CNS?
R. Eso tiene que ver con los Hermanos Musulmanes, pero ellos piensan en un proyecto nacional, en constituir un partido que no lleve su nombre. Las fuerzas laicas, liberales y de izquierdas se apuntarán a esa propuesta. La sharía ni siquiera forma parte de la mesa de diálogo.
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