La agencia rebaja dos
escalones la nota a España, Italia, Portugal y Chipre y despoja de la AAA a Francia y Austria.- La
rebaja ha afectado a nueve países de la eurozona
EL PAÍS/MIGUEL
JIMÉNEZ | Madrid 14/01/2012
Consulta el informe de S&P sobre España (en español) | Nota de prensa de S&P sobre la rebaja de
calificaciones (inglés)
La agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) ha asestado un hachazo a la
zona euro. La firma estadounidense decidió a última hora del viernes una rebaja
masiva (a nueve países) de las notas de solvencia en plena crisis de la deuda.
Cumple con ello la amenaza que lanzó en vísperas de la
última cumbre europea
y ante el atasco de los dirigentes de la Unión Europea para
encontrar una solución a los problemas de la moneda única.
La rebaja más importante es la que aparta a Francia de los países con la máxima nota,
la AAA. Ese
recorte, que también sufre Austria, dificulta además la financiación del fondo
de rescate que las autoridades europeas habían diseñado como principal arma
disuasoria frente a la desconfianza en la solvencia de los países periféricos.
Estos últimos también sufren un nuevo recorte de su calificación, de dos grados
en el caso de España, Italia, Portugal y Chipre. Además de Francia y Bélgica,
también pierden un escalón Malta, Eslovaquia y Eslovenia. La agencia, en
cambio, reafirma la calificación de cuatro países con la triple A (Alemania,
Holanda, Finlandia y Luxemburgo) y de otros tres con nota inferior (Bélgica,
Irlanda y Estonia).
Para España, la decisión supone la pérdida de la doble
A. La calificación de la deuda española pasa de AA a A, una nota que aún es
considerada buena, pero que está cinco grados por debajo de la máxima, que
España perdió en enero de 2009. La rebaja sitúa la solvencia de España, a ojos
de S&P, por detrás de la de países como la República Checa o
Chile y al mismo nivel que Polonia.
Falta de respuesta a
la crisis
La decisión de Standard
& Poor's se debe sobre todo al fracaso europeo para dar una respuesta eficaz
a la crisis del euro. Sus analistas creen que los acuerdos de la cumbre del 9 de diciembre pasado no han dado
resultados y alertan sobre la crisis política, financiera y monetaria de la
zona euro. Pero, además, la agencia toma en cuenta las pobres perspectivas de
crecimiento de los países de la moneda única, que se encuentran al borde de una recesión que se da ya por segura en
diferentes países, entre ellos España.
En el caso español, además
de los factores comunes al conjunto de la zona euro, la agencia pone énfasis en
que la dependencia de la financiación exterior amenaza el crecimiento. También
alerta de que las medidas de ajuste frenarán la economía y advierte sobre la
concentración de vencimientos de deuda en el primer trimestre. Además, mantiene
la calificación en perspectiva negativa y amenaza con una nueva rebaja si no se aprueba pronto la reforma laboral,
si no hay medidas adicionales para reducir el déficit o si el sector financiero
necesita más ayudas de capital por parte del sector público. Las medidas de ajuste adoptadas por el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy
no han sido suficientes para salvar la nota de España, entre otras cosas porque
el ajuste, aunque necesario para equilibrar las cuentas, agravará la recesión.
Fuentes del Ejecutivo
consideran que la decisión de S&P es consecuencia de "una herencia del pasado, igual que otras". "El objetivo del Gobierno es
recuperar el potencial de crecimiento de la economía española para que esta
situación se reconduzca lo antes posible. La política económica está
comprometida con el equilibrio presupuestario y las reformas
estructurales", añadieron las mismas fuentes.
Habitualmente, la rebaja de la calificación de la deuda
encarece la financiación, pues los inversores toman esa nota como un indicador
de solvencia. En la actualidad, sin embargo, los mercados han ido por delante
de las agencias de calificación y la rentabilidad que los inversores es acorde
con notas inferiores incluso a las fijadas ayer tras la rebaja. A eso se une
que el recorte se daba ya por seguro en medios financieros. Por eso, aunque la
reacción de los mercados al trascender la información fue negativa, tampoco fue
dramática. La Bolsa
española, de hecho, salvó la jornada con ganancias y la prima de riesgo aumentó
solo ligeramente. La tibia reacción fue común en otros países, aunque es cierto
que la noticia no llegó a ser oficial con los mercados abiertos. El que más
sufrió fue el euro, que cayó a su mínimo de los últimos 16 meses.
Con la nueva normativa europea, las agencias de calificación
están obligadas a comunicar a las autoridades con una antelación mínima de 12
horas sus decisiones sobre la calificación de la deuda de los países. Esa
obligación se ha convertido en origen de filtraciones. Por eso, la rebaja se
conoció antes de hacerse pública e incluso fue confirmada por fuentes oficiales
europeas y de varios países.
Las autoridades europeas esperaban a que la decisión de
Standard & Poor's fuese oficial para responder. El ministro de Finanzas
alemán, Wolfgang Schaeuble, llamó a no "sobrevalorar" la decisión de
la agencia.
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