Majestuoso testimonio de un poder agostado

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lunes, 26 de noviembre de 2012

Morsi negocia con el Poder Judicial el decreto que blinda sus decisiones



Muere un miembro de los Hermanos Musulmanes en enfrentamientos con detractores del presidente.

Ricard González El Cairo

La tensión se ha disparado en Egipto tras la decisión del presidente Mohamed Morsi de asumir unos poderes excepcionales que le sitúan por encima de la ley. La polarización entre islamistas y laicos se palpa en una sociedad que no ha sido capaz de encontrar el camino hacia la estabilidad cerca de 20 meses después de su revolución. Muestra de ello, un joven miembro de los Hermanos Musulmanes murió este domingo en una ciudad del Delta del Nilo como consecuencia de una batalla campal entre seguidores y detractores de Morsi, que tiene previsto reunirse este lunes con la principal organización de jueces, que rechazan de plano el decreto que excluye cualquier supervisión judicial de los decretos presidenciales hasta que se apruebe una nueva Constitución.
Los hechos sucedieron en la localidad de Damanhour, en el corazón del Delta, un feudo de la Hermandad, el movimiento de Morsi, pero donde también el Partido Nacional Democrático de Hosni Mubarak tenía un apoyo importante. Según informa el diario Al Ahram, el fallecido, Islam Fathi Masud, tenía 15 años y era un estudiante de secundaria. Además, como consecuencia de los disturbios, resultaron heridas más de 60 personas, algunas de gravedad.
Consciente de la creciente oposición que ha suscitado su decretó, Morsi hizo público el domingo un comunicado con un tono conciliador en el que anuncia su disposición a negociar con la oposición, y desmiente que pretenda eternizarse en el poder, como le achacan sus detractores. “La presidencia reitera la naturaleza temporal de todas estas medidas, que no pretenden concentrar su poder, sino evitar los intentos de minar los órganos elegidos democráticamente y preservar la imparcialidad de la justicia”, reza el documento filtrado por presidencia.
Además de blindar todas sus decisiones y decretos de cualquier supervisión judicial, la declaración constitucional de Morsi prohíbe la disolución de la Asamblea Constitucional y del Senado, ambos órganos dominados por las corrientes islamistas. Precisamente, la composición de la Asamblea es uno de los principales puntos de discordia entre islamistas y laicos, ya que estos últimos exigen que sea más equilibrada y plural. El comité, que se encuentra en la última fase del proceso de redacción de la nueva Carta Magna, estaba amenazado de disolución inminente por parte del Tribunal Constitucional.
La composición de la Asamblea Constituyente es uno de los asuntos que enfrenta al presidente con los partidos laicos
En el comunicado, el presidente islamista muestra su disposición a buscar un “punto de encuentro” con la oposición, y está previsto que este lunes se reúna con el presidente del Consejo Superior de Justicia y del Tribunal de Apelación, Mohamed Metuali. El consejo, máximo órgano de gobierno de la judicatura, describió el decretazo de Morsi como una “agresión sin precedentes contra la independencia del poder judicial”, y le instó a retirarlo.
Por su parte, el Club de los Jueces, la asociación profesional de los magistrados, decidió suspender el trabajo de todos los tribunales y fiscalías del país. Además, anunció que suspenderá a aquellos miembros de la asociación que incumplan la huelga. Si bien es cierto que no hay unanimidad dentro del estamento judicial, pues el grupo Jueces por Egipto sí apoya las medidas de Morsi, la huelga decretada por la asociación mayoritaria de jueces puede paralizar el sistema judicial del país.
Mientras tanto, en la plaza Tahrir, epicentro de la revolución egipcia, cientos de revolucionarios y miembros de los partidos laicos han iniciado una acampada de protestas para forzar a Morsi a retirar su decreto. Durante el domingo, en diversos momentos brotaron disturbios con las fuerzas de seguridad, que han lanzado gases lacrimógenos para dispersar a los jóvenes y evitar que se acercaran a la Embajada de Estados Unidos y la sede del Parlamento. Para este martes están convocadas en El Cairo manifestaciones masivas de ambos bandos.
El conflicto entre islamistas y jueces es de largo recorrido, pues se inició el pasado abril con la disolución de la Asamblea Constituyente que, como el Parlamento, estaba dominada por las corrientes islamistas. El Legislativo volvió a escoger de forma inmediata un nuevo comité un poco más equilibrado, pero aún con una clara mayoría de los Hermanos Musulmanes y grupos salafistas. Ante la posibilidad de que la Asamblea, que está terminando su labor, sea disuelta de nuevo por el Tribunal Constitucional, Morsi estableció en su decreto su inmunidad.

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