Papandreu confía en que la consulta confirme que "el camino de Grecia en el euro". -El Gobierno baraja celebrar la votación en diciembre y adelanta que la pregunta será si "acepta o no el acuerdo". La deserción de líderes socialistas se agrava.
LARA OTERO / AGENCIAS | Madrid / Atenas
Atenas sigue adelante con su intención de celebrar un referéndum para que la ciudadanía griega decida sobre el rescate europeo planteado en la pasada cumbre del 26 de octubre. Además, el Gobierno de Yorgos Papandreu está dispuesto a realizar la consulta cuanto antes, lo que redobla la tensión entre Bruselas y el país mediterráneo al mismo tiempo que incrementa la presión para que la UE ponga negro sobre blanco cuáles son los nuevos ajustes que espera de Grecia. Para este fin, el Ejecutivo acordó ayer en una reunión del Consejo de Ministros que se prolongó durante más de siete horas la creación de una comisión que preparará los detalles del referéndum, según ha informado hoy el ministro del Interior, Haris Kastanidis.
El Gobierno ha relevado a la cúpula militar y la oposición reclama elecciones
Si los trabajos avanzan como está previsto, Kastanidis no descarta que la consulta se celebre incluso antes de que se concluyan los detalles del préstamo de 130.000 millones de euros por parte de la eurozona a Grecia hasta 2014 y de la quita del 50% de su deuda con los acreedores privados. Esto significa que podría llevarse a cabo en diciembre en lugar de enero, la primera fecha barajada.
La comisión, creada anoche durante una reunión de emergencia del Consejo de ministros griego, examinará la fecha de la consulta, así como la pregunta, y elaborará un informe para determinar si es posible que los ciudadanos voten hacia finales de año. Según Kastanidis, la pregunta será "acepta o no el acuerdo" del nuevo rescate de 130.000 millones, y ha descartado que se pregunte sobre la permanencia en el euro. "El Gobierno no puede poner en entredicho el camino del país en Europa", ha justificado el ministro.
La inopinada decisión de Papandreu no solodesbocó ayer a los mercados, sino que provocó un maremoto más en las revueltas aguas de su partido, el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok). La democracia ateniense se vio incluso sorprendida por la decisión del Gobierno de relevar a la cúpula militar, aunque fuentes del Ejecutivo consultadas por este diario sostienen que el cambio ya estaba previsto. Papandreu se reafirmó tras el consejo de ministros en la convocatoria del referéndum y en la seguridad de que superará la moción de confianza que se votará el viernes. "El referéndum será una orden clara y un mensaje dentro de Grecia y fuera de ella sobre el camino europeo de Grecia y su participación en el euro, de la que nadie podrá dudar. La democracia está por encima de los apetitos de los mercados", recoge el comunicado difundido por su oficina a medianoche tras finalizar la reunión del Gabinete griego. "Nadie podrá dudar de nuestro recorrido dentro del euro", añade.
"El dilema no es el de elegir entre un gobierno u otro, sino entre un 'sí' o un 'no' al acuerdo sobre un nuevo rescate a Grecia, 'sí' o 'no' a Europea, 'sí' o 'no' al euro", añade en la nota el primer ministro, en la que califica de "beneficioso" para Grecia el acuerdo pactado la semana pasada y que incluye la entrega de 130.000 millones de euros hasta 2014 y una condonación del 50% de la deuda helena. Papandreu ha confiado en que los socios de Grecia, así como también los griegos, apoyarán sus políticas, al tiempo que ha urgido a los líderes del G-20, que se reunirán entre el 3 y el 4 de noviembre en Cannes, a "garantizar que la democracia está por encima del apetito de los mercados".
Tras el anuncio el lunes de que se someterá a referéndum dicho acuerdo, ayer se vivió una jornada política vertiginosa en la cuna de la democracia. Cuatro diputados socialistas anunciaron públicamente que no apoyarían la consulta popular y seis dirigentes del Pasok pidieron por carta a Papandreu que dimita, que reúna a los líderes políticos para formar un Gobierno de unidad nacional y anuncie elecciones anticipadas. Una de las parlamentarias disidentes, Milena Apostolaki, proclamó, además, que abandonaba su grupo (es la octava deserción en dos años de legislatura), que queda con 152 escaños en un Parlamento de 300. Apostolaki tomó la decisión en vísperas de la moción de confianza a la que se someterá el Ejecutivo el viernes. Papandreu necesita un mínimo de 120 votos. Apostolaki argumentó que "el referéndum es un proceso que divide profundamente" a la sociedad griega.
Tras la siete horas de debate en el Consejo de Ministros, el ministro de Salud, Andreas Loverdos, dijo que se oponía al plebiscito porque, según argumentó, el referéndum decidirá "sobre el futuro del país en los próximos 30 años". Según indican los medios locales, el titular de esta cartera no fue el único que se mostró en contra de la medida.
Con vistas a la moción de confianza, el portavoz del Gobierno, Ilias Mosialos, ha dicho hoy que "los diputados gubernamentales votarán a favor en la moción de confianza" prevista para el viernes próximo. El trámite en el Parlamento se inicia en la tarde de hoy sin la intervención de Papandréu, que asistirá a una cena con líderes europeos previa a la cumbre del G20 junto a su ministro de Economía, Evangelos Venizelos, que ha salido esta mañana del hospital.
Según la nota publicada esta noche, el jefe del Gobierno se refirió a la necesidad de la cohesión política "ya sea con elecciones o sin ellas", pero abogó por evitar anticipar los comicios legislativos "para no ser arrastrados a una situación con el peligro de una quiebra".
Casi a la misma hora que se conocía que Venizelos estaba ingresado en una clínica de Atenas por fuertes dolores abdominales, Reuters informaba de que Papandreu no le había comunicado previamente el anuncio del referéndum. "Venizelos no tenía ni idea del referéndum. Lo único que conocía era la moción de confianza", explicó, bajo condición de anonimato, un responsable gubernamental. "Le dijo a Papandreu que debería informar a los socios extranjeros y escribió una carta a primera hora de la mañana" de ayer, indicó. Algunos analistas políticos interpretan la decisión de Papandreu como un último recurso para buscar apoyo político a las medidas de austeridad que han conllevado cinco huelgas generales, y evitar una convocatoria electoral que solo empeoraría la situación política y económica del país.
Cambio de la cúpula militar
Para rematar el desconcierto, la agencia griega ANA informó a media tarde de que el ministro de Defensa, Panos Beglitis, había propuesto al Gobierno el relevo de toda la cúpula militar, que afecta al general encargado del Personal militar y a los jefes de los tres ejércitos.
En una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno de Asuntos Exteriores y Defensa (KYSEA), a la que asiste el presidente del Ejecutivo y algunos ministros, se aprobó el relevo. Esa reunión, según fuentes gubernamentales que relacionan el relevo con las protestas de los militares por los recortes, estaba prevista.
Un portavoz del principal partido de la oposición, el conservador Nueva Democracia, calificó el relevo de "acto antidemocrático". "No vamos a reconocer una decisión que se toma en contra del interés nacional", dijo el diputado de Nueva Democracia, que cuenta con 85 diputados. Su jefe de filas, Antonis Samaras, había reiterado horas antes su petición de elecciones anticipadas (Papandreu tiene en teoría dos años más de mandato por delante) y mostró su determinación a evitar "experimentos oportunistas", en alusión al referéndum.
El jefe del grupo parlamentario del grupo de izquierda Syriza, Theodore Dritsas, consideró inaceptable la decisión en vísperas de una cuestión de confianza y el ultraderechista Laós aseguró que el relevo en la cúpula militar indica "falta de elegancia política y es moralmente inaceptable".
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