Las movilizaciones dibujan un paisaje ya habitual en los EE.UU.
Multitudes han marchado contra los gobernadores que impulsan leyes destinadas a recortar el gasto público y los derechos sindicales.
PorJorge Castro ANALISTA
EE.UU. fue recorrido esta semana por una hilera de manifestaciones multitudinarias, que utilizaron sistemáticamente la acción directa, en un ambiente de polarización extrema , que cuestiona incluso la legitimidad del adversario.
Esta situación “latinoamericana”, “griega” o “egipcia” –como la reivindicaban los manifestantes– tuvo lugar en el corazón del Medio Oeste, en bastiones de la cultura “wasp” (white, anglo-saxons, protestants), como los estados de Wisconsin, Indiana, Michigan y Ohio.
Son 27 los estados norteamericanos en los que sus gobernadores –la mayoría republicanos– impulsan leyes destinadas a recortar drásticamente el gasto público (incluyendo salarios) y a restringir los derechos de negociación colectiva de los sindicatos estatales. Tras la recesión 2008-2009, los estados tienen un déficit de U$S 125.000 millones, a los que hay que sumar una brecha similar de las unidades subestaduales. Por su parte, la Unión tiene un déficit de U$S 1,65 billones, 11% del PBI, el más alto de la historia norteamericana en tiempos de paz. La respuesta de los republicanos, que controlan la Cámara Baja, fue un corte de U$S 61.000 millones en el presupuesto 2011, que elimina cientos de programas federales y descarta todos los recursos destinados a ejecutar la reforma del sistema de salud, principal logro de Obama.
El epicentro de las manifestaciones es el estado de Wisconsin, en cuya capital, Madison, más de 70.000 trabajadores rechazan en las calles la pérdida de sus derechos de negociación colectiva.
Lo hacen con pancartas en las que se identifican con el pueblo egipcio, que logró forzar el retiro del poder de Hosni Mubarak después de 30 años de gobierno absoluto.
La bancada demócrata del Senado optó por huir de Wisconsin, internándose en Illinois, para evitar ser obligada por la guardia nacional a prestar el quórum que permitiría aprobar la ley antisindical.
La cuestión en Wisconsin, y en EE.UU., no es más la reducción del gasto público, sino el poder político : ¿quién tiene la última decisión en el sistema norteamericano? ¿Quién decide en última instancia? Esto sucede cuando la economía estadounidense ha dejado atrás la recesión 2008-2009 y creció 3,9% en el cuarto trimestre de 2010, con un aumento del consumo de 4,6%, semejante al boom 2006-2007.
También la actividad manufacturera alcanzó niveles récord y trepó en enero a 60,1 (ISM), el máximo escalón desde 2004. Las empresas estadounidenses tienen el nivel de rentabilidad más alto de los últimos 50 años, como lo refleja Wall Street. El Dow Jones trepó esta semana a 12.391 puntos, récord desde 2008; y Standard & Poor’s 500 alcanzó a 13.343,01 puntos, el cierre más elevado desde junio de 2008.
Pero lo decisivo es lo que sucede con la industria de alta tecnología centrada en Internet : Facebook, Apple y Google. Facebook fue valuada en U$S 82.900 millones y su apreciación ha aumentado 40% desde diciembre del año pasado. Superó en enero los 500 millones de usuarios y se percibe que serán 700 millones antes de fin de año. Sólo está detrás de Google en la visión del mercado, cuya valorización asciende a U$S 192.000 millones. Se prevé que Facebook aumente su valor a U$S 136.000 millones en los próximos dos meses. Apple fue valuada en U$S 295.990 millones y su margen de ganancia alcanzó a 21,8%.
Se acentúa en EE.UU., y en el mundo, la celeridad del tiempo histórico, porque se abrevia el ciclo del producto –esto es, de la innovación–, sobre todo en la alta tecnología, la frontera del sistema.
La insurrección triunfante en Egipto se organizó a través de Internet, y uno de sus líderes fue un joven ejecutivo de Google. Es probable que haya una oscura armonía en las cosas humanas.
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