"Las grandes causas ameritan grandes sacrificios.Nuestra causa no es otra q la liberación d todo un pueblo q hoy sufre"
(Leopoldo López en Twitter)
Carta de Leopoldo López
Amnistía Internacional y Human Rights Watch piden la liberación.
CARLOS
E. CUÉ/EL PAÍS
La delicada situación política que
vive Sudamérica, con una grave crisis entre Venezuela y Colombia, quedó en
evidencia de nuevo con el silencio de todos los presidentes ante la condena de
13 años de cárcel a Leopoldo López, el dirigente opositor venezolano. Mientras
líderes de la oposición de varios países de la región, ex presidentes y
organizaciones de derechos humanos y EE UU y la Unión Europea lanzaban una
condena clara, los presidentes latinoamericanos guardaron silencio. El único
que lo rompió fue el de Costa Rica, Luis Guillermo Solís. "Me parece
que es muy mala idea utilizar los tribunales de justicia para castigar
ciudadanos por sus opiniones políticas. Lo fue en Sudáfrica con Mandela, en
Uruguay con Pepe Mujica y lo es en la Venezuela de hoy", aseguró.
Uno de los organismos regionales a
los que pertenece Venezuela, Unasur, defendió la actuación de este país,
mientras el Mercosur mantuvo el silencio. La Secretaría de Unasur aseguró en un
comunicado que "reitera su respeto a las decisiones que adopten las
autoridades jurisdiccionales de sus Estados Miembros y confía que en el curso
de las siguientes instancias judiciales, el señor Leopoldo López, pueda ejercer
los recursos procesales que considere pertinentes su defensa".
La situación en Venezuela genera
muchas tensiones internas en el continente. Los presidentes de la izquierda
latinoamericana mantienen su apoyo a Nicolás Maduro y referentes como Lula Da
Silva o Cristina Fernández de Kirchner reivindican constantemente al fallecido
Hugo Chávez, pero cada vez se hace más difícil defender todo lo que hace el
Gobierno venezolano.
Para Human Rights Watch la sentencia
es “injusta” y muestra el “deterioro extremo” del estado de derecho en
Venezuela. “Este caso es una farsa” llegó a decir José Miguel Vivanco, director
para las Américas de HRW. Amnistía Internacional también denunció la “absoluta
falta de independencia judicial” en este país. “Nunca debió haber sido
arrestado arbitrariamente o enjuiciado. Es un prisionero de conciencia y debe
ser liberado inmediata e incondicionalmente”, aseveró Erika Guevara-Rosas,
directora para las Américas de AI.
Las condenas en América Latina
llegaban desde fuera de los gobiernos, como el líder opositor argentino,
Mauricio Macri, que exigió a los presidentes de Mercosur que intervengan para
que “se asegure el resguardo y libertad” de López. Las oposiciones en Perú o
Uruguay también reclamaban a sus gobiernos que actúen mientras ex presidentes
como Álvaro Uribe o Andrés Pastrana, ambos colombianos, lanzaban mensajes muy
duros contra Maduro.
La ONU también se mostró consternada
por la “dura sentencia”. “Estamos preocupados por el derecho de López a un
juicio justo, dado la información recibida sobre las irregularidades ocurridas
durante su proceso, como la falta de evidencias para la acusación, el rechazo
de testigos de la defensa, y los comentarios contra él expresados por altas
instancias del Gobierno de Venezuela”, indicó el portavoz del alto comisionado
de la institución para los derechos humanos, Rupert Colville. La ONU ya había
determinado que la detención de López había sido arbitraria.
Mientras, en Europa y EE UU las
condenas eran muy claras. John Kerry, secretario de Estado de EEUU, manifestó
su preocupación por la "naturaleza política del proceso judicial y el
veredicto, y el uso del sistema judicial venezolano para reprimir y castigar a
los críticos del gobierno". El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest,
demandó que López y "todos los presos políticos injustamente
encarcelados" en Venezuela sean puestos en libertad.
La Alta Representante de Política
Exterior y Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, lamentó que el juicio
del líder opositor venezolano Leopoldo López “haya fracasado en proveer a los
acusados de garantías de transparencia y de un debido proceso legal” y reclamó
que esta “dura” sentencia pueda ser revisada de una forma “justa y
transparente”. La movilización era pues muy importante y la presión hacia los
socios de Maduro en la región muy fuerte, pero de momento su respuesta ha sido
la del silencio.
SILVIA AYUSO
El
Gobierno de Estados Unidos reiteró este viernes su "profunda
preocupación" por la condena contra Leopoldo López. Para la Casa Blanca,
el proceso contra López pone de manifiesto "importantes fallos en el
sistema legal y judicial de Venezuela", dijo el portavoz del Consejo de
Seguridad Nacional, Ned Price, quien llamó al Gobierno de Nicolás Maduro a
poner en libertad a López y a "todos los demás presos políticos que siguen
injustamente detenidos". También John Kerry, secretario de Estado
norteamericano, se había declarado este viernes “profundamente preocupado” por
la sentencia a más de 13 años de cárcel conocida la noche del jueves. La dura
condena al opositor “despierta gran preocupación acerca de la naturaleza
política del proceso judicial y su veredicto y sobre el uso del sistema
judicial venezolano para reprimir y castigar a los críticos con el gobierno”, dijo
en una declaración.
Con
todo, a pesar de que Estados Unidos considera “ilegítimo” el caso contra López
y otros “presos políticos” en Venezuela, Washington sigue interesado en
intentar continuar el diálogo diplomático con Caracas, declaró poco después el
portavoz de Kerry, John Kirby. “Vamos a seguir trabajando en esta relación (…)
lo más importante, sobre todo cuando uno no está de acuerdo con una nación con
la que se trata de mejorar relaciones, es hablar de ello abierta y libremente”,
señaló.
Washington
y Caracas retomaron esta semana las conversaciones en busca de un acercamiento
mantenidas en los últimos meses pese a la prolongada crisis bilateral, que se
agudizó cuando EE UU calificó a Venezuela en marzo de “amenaza” a su seguridad
nacional y emitió sanciones contra altos funcionarios venezolanos. Kerry
conversó por teléfono con la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, a quien ya
trasladó personalmente la inquietud de Washington por la situación de López y
por la crisis en la frontera con Colombia.
Pese a estar por tanto prevenida de la reacción
estadounidense, la ministra venezolana respondió duramente a la declaración de
Kerry este viernes sobre la sentencia al líder opositor. Según Rodríguez, las
“agresiones y ofensas” de Kerry son una “intromisión insolente” con la que se
“interfiere en asuntos internos” de Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario