REPORTAJE: LOS MEJORES DE 2011 - Deportista extranjero
El futbolista argentino del Barcelona se supera en cada temporada por su importancia en el juego colectivo y también por su productividad goleadora.
RAMON BESA - Barcelona
Andrea de Benedetti, periodista italiano al que Leo Messi concedió en abril unos minutos para la revista GQ, acabó la conversación, largamente esperada, especialmente preparada, con una frustrante confesión: "Entrevistar hoy al mejor jugador del mundo supone para un reportero lo mismo que para un defensor marcarle en la cancha; al final no sabes en qué has fallado".
"La grandeza de Leo es que nunca juega un mal partido", resume Johan Cruyff
Ha marcado 55 goles en 57 partidos y es favorito para lograr su tercer Balón de Oro
El magazine de L'Équipe publicaba al mes siguiente un reportaje sobre seis zagueros "crucificados" por La Pulga. Messi m'a tuer [Messi me ha matado] se titulaba un texto en el que los jugadores expresaban su impotencia para detener al delantero del Barça. No tenían palabras para definir su desasosiego y admiración.
Wayne Rooney, el mismo futbolista del Manchester United que se había levantado del sillón de su casa para aplaudir el 5-0 que el Barça le endosó al Madrid en la Liga , se rindió. Esta vez con su equipo, tras perder la final de la Championsen Wembley: "He visto el partido otra vez y son increíbles. Los azulgrana son, de lejos, los mejores. Quisimos entrar en el encuentro y no pudimos. No supimos cómo atacarles ni cómo combatir al mejor futbolista de todos los tiempos: Messi".
La vida de Messi es previsible y aburrida, obsesionado en dormir cuando no juega, una vez que ni la play ni las series le distraen, circunstancia que explicaría también su regularidad en la cancha. O al menos así lo sostiene el periodista Leo Faccio, uno de los que más ha seguido el rastro del jugador, tan talentoso como tozudo. Al respecto es ilustrativo un artículo de Ramon Solsona publicado en La Vanguardia en el que recordaba el estreno goleador de Messi en un encuentro ante el Albacete, en mayo de 2005, en el Camp Nou. La Pulga marcó un tanto de vaselina después de un pase de cuchara de Ronaldinho cuando estaba a punto de cumplirse el tiempo reglamentario. El árbitro, sin embargo, anuló el gol. La respuesta de La Pulga fue repetir la acción un minuto después para certificar el triunfo del Barça.
"La grandeza de Leo es que nunca juega un mal partido", sintetiza Johan Cruyff. "Lo normal es que se acerque al 9, pero nunca baja del 7".
Messi y el Barça progresan por igual, mejoran su juego cada año, independientemente del número de trofeos conquistados. Los azulgrana han ganado cinco de los seis títulos en disputa en 2011, uno menos que en 2009, después de perder la final de Copa del Rey contra el Madrid, derrota que provoco el llanto de Messi en el vestuario del Barça.
Benedetti todavía se ruboriza cuando recuerda que Messi le contó que lo más sorprendente que se encontró a su llegada a Barcelona es que "el mar era de color gris y no azul como creía".
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