Majestuoso testimonio de un poder agostado

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lunes, 10 de octubre de 2011

La OCDE insiste en que las economías avanzadas frenarán en seco en el paso de 2011 a 2012


 

Los indicadores adelantados sitúan a la zona euro al borde de la recesión. Los datos de agosto confirman el deterioro de la economía española.

 

ALEJANDRO BOLAÑOS - Madrid - 


La OCDE no se apea de sus malos augurios para los próximos meses. El pronóstico de los expertos del foro de países industrializados, actualizado en septiembre, es que Alemania acabará el año con un nítido retroceso del PIB, en lo que podría ser el inicio de otra recesión. Y con Francia e Italia muy cerca de los números rojos. El Gobierno alemán rechazó de plano esta previsión, pero los indicadores adelantados de la OCDE reinciden en el mismo panorama. Según la cosecha estadística de agosto, en el paso de 2011 a 2012, las economías avanzadas frenarán en seco. Y el deterioro va a más en las grandes economías de la zona euro.

Los indicadores adelantados son un conjunto de estadísticas -varían para cada país, pero suelen incluir la cartera de pedidos en la industria, encuestas de confianza y cotizaciones bursátiles-, escogidos por su poder predictivo de lo que ocurrirá con la economía a seis meses vista. Con los datos de agosto, el indicador conjunto para la treintena de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), registra su quinto mes consecutivo a la baja, una señal cada vez más clara de la ralentización económica, aireada ya por todo tipo de analistas privados y organismos internacionales.
Los datos de agosto anticipan que el frenazo irá a más en el arranque de 2012. Sobre todo en algunas de las grandes economías mundiales: "Los indicadores adelantados de Estados Unidos, Alemania y Rusia señalan con más fuerza a una ralentización que en los datos de julio", avisa la somera nota de prensa que acompaña a la estadística. Para la mayoría de los países europeos, ese descenso equivale ya a una nota por debajo de 100, donde los expertos de la OCDE sitúan la tendencia a largo plazo de cada economía. Para los países con un crecimiento estructural muy bajo -aquel que se produce cuando no hay crisis ni burbujas-, eso lo sitúa muy cerca de tasas negativas.
En el caso de los grandes países emergentes -China, Brasil e India también presentan un indicador por debajo de 100-, el retroceso anticipa que el crecimiento ya no es tan elevado como en los últimos años. Alemania es, entre las grandes economías, la que registra un retroceso mayor (de 101,8 a 100,5) en agosto. Francia e Italia también encajan un descenso apreciable, y se sitúan ya por debajo de su tendencia de crecimiento a largo plazo.
España sufre el patrón de las grandes economías de la zona euro, a donde destina más de la mitad de sus exportaciones de mercancías. El ritmo de deterioro que anticipan los indicadores adelantados (de 100,9 a 100,7 entre julio y agosto) se mantiene. El frenazo es menos intenso que el de sus principales socios europeos, pero la amenaza es la misma: con un crecimiento tan exiguo como el atesorado en el primer semestre (apenas un 0,7% anual), otra desaceleración de la economía mundial dispara el riesgo de recesión para la economía española.

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