Los indicadores adelantados sitúan a la zona euro al borde de la recesión. Los datos de agosto confirman el deterioro de la economía española.
ALEJANDRO BOLAÑOS - Madrid -
Los indicadores adelantados son un conjunto de estadísticas -varían para cada país, pero suelen incluir la cartera de pedidos en la industria, encuestas de confianza y cotizaciones bursátiles-, escogidos por su poder predictivo de lo que ocurrirá con la economía a seis meses vista. Con los datos de agosto, el indicador conjunto para la treintena de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), registra su quinto mes consecutivo a la baja, una señal cada vez más clara de la ralentización económica, aireada ya por todo tipo de analistas privados y organismos internacionales.
Los datos de agosto anticipan que el frenazo irá a más en el arranque de 2012. Sobre todo en algunas de las grandes economías mundiales: "Los indicadores adelantados de Estados Unidos, Alemania y Rusia señalan con más fuerza a una ralentización que en los datos de julio", avisa la somera nota de prensa que acompaña a la estadística. Para la mayoría de los países europeos, ese descenso equivale ya a una nota por debajo de 100, donde los expertos de la OCDE sitúan la tendencia a largo plazo de cada economía. Para los países con un crecimiento estructural muy bajo -aquel que se produce cuando no hay crisis ni burbujas-, eso lo sitúa muy cerca de tasas negativas.
En el caso de los grandes países emergentes -China, Brasil e India también presentan un indicador por debajo de 100-, el retroceso anticipa que el crecimiento ya no es tan elevado como en los últimos años. Alemania es, entre las grandes economías, la que registra un retroceso mayor (de 101,8 a 100,5) en agosto. Francia e Italia también encajan un descenso apreciable, y se sitúan ya por debajo de su tendencia de crecimiento a largo plazo.
España sufre el patrón de las grandes economías de la zona euro, a donde destina más de la mitad de sus exportaciones de mercancías. El ritmo de deterioro que anticipan los indicadores adelantados (de 100,9 a 100,7 entre julio y agosto) se mantiene. El frenazo es menos intenso que el de sus principales socios europeos, pero la amenaza es la misma: con un crecimiento tan exiguo como el atesorado en el primer semestre (apenas un 0,7% anual), otra desaceleración de la economía mundial dispara el riesgo de recesión para la economía española.
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