Decenas de miles de personas se manifiestan por la justicia social.- Es la primera vez que el movimiento de los indignados sale de las grandes ciudades y que la minoría árabe participa en la protesta
AGENCIAS | Jerusalén
Más de 70.000 personas se han manifestado este sábado por la tarde en varias ciudades de la periferia de Israel para pedir justicia social, en el cuarto sábado consecutivo de protestas contra la carestía de la vida. La mayor concentración ha tenido lugar en el céntrico Bulevar Ben Gurión de Haifa, la tercera ciudad del país, mientras que en Beersheva, en el desierto del Neguev y donde se esperaba la mayor asistencia, se han reunido unas 12.000, por debajo de los cálculos de los organizadores, según los canales 2 y 10 de televisión.
Afula, con 12.500; Netania (7.500), Modiin (3.000), Dimona (2.500), Eilat (2.500), Rosh Pina (1.000) y Rishon Letsión (500) han sido otras de las localidades que se han sumado a las protestas, iniciada hace casi un mes en Tel Aviv por los precios de la vivienda y que ha ido ganando adeptos entre diversos sectores de la población.
Los organizadores cifran la asistencia a las marchas de hoy en 100.000 personas, mientras la policía la reduce a 50.000.
"Lo esencial para nosotros es mostrar que el pueblo está unido, que vivimos en el mismo país y que hay que hacer todo lo que se pueda para rebajar las disparidades sociales", ha afirmado Stav Shafir, uno de los dirigentes del movimiento.
La minoría árabe ha participado por primera vez en la convocatoria, aunque de forma discreta, con manifestaciones en Sajnin, Taibe y Um al-Fahem.
Para Haim Bar-Yakakov, un trabajador social de Beer Sheva, la manifestación de esta noche ha constituido "un momento histórico". "Vivo desde hace 40 años en esta ciudad, y jamás había visto una movilización semejante. El pueblo entero, judíos y árabes, sefardíes y askenazis [judíos procedentes de la Europa del Este], se han unido por una sociedad más justa", ha explicado. Beduinos y judíos ultraortodoxos se han dejado ver también entre los manifestantes.
El liderazgo del movimiento de los indignados de Israel había optado esta vez por no convocar manifestaciones en Tel Aviv ni Jerusalén, y sí en la periferia, para enfatizar el carácter nacional de la protesta, consciente no obstante de que la cifra de asistentes sería sensiblemente inferior a los 300.000 del sábado pasado.
Las manifestaciones han comenzado a última hora de la tarde del sábado, al concluir el shabat (festividad del sábado) con la puesta del sol.
En todas las concentraciones ha habido actuaciones musicales y banderas que pedían la liberación del soldado Guilad Shalit, cautivo en Gaza desde 2006.
En Afula, la protesta ha transcurrido tras una pancarta con el lema "el pueblo ha elegido justicia social", mientras que en Haifa se coreaba "Haifa vuelve a ser roja", en alusión a la fama izquierdista de una ciudad de población judeo-árabe y de carácter obrero.
El presidente del sindicato de estudiantes de la Universidad Ben Gurión, Uri Keidar, ha asegurado en Beersheva que el Gobierno de Benjamín Netanyahu no es "el único responsable de la situación", pero será el que tenga que "dar soluciones" porque es ahora cuando la gente se ha levantado. "Amamos este Estado. Somos la sal de la tierra. Todos nos hemos levantado y dicho basta, queremos vivir en nuestro país con dignidad", ha sentenciado, según la edición digital del diario Yediot Aharonot.
Netanyahu se niega de momento a reunirse con los indignados y ha creado una comisión de ministros, observadores y expertos para negociar con sus representantes.
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