Clarín.com/Política
En Roma y de palacio en palacio, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ya almuerza con el primer ministro Silvio Berlusconi luego de haber mantenido una reunión, esta mañana, con el presidente Giorgio Napolitano.
La foto que la delegación argentina por un lado destacaba pese a cierta incomodidad ya está. Il Cavalieri recibió a Cristina en el Palacio Chigi, la sede del Consejo de Ministros. Quienes acompañan a la Presidenta destacaron la deferencia de Berlusconi de compartir cubiertos con la jefa de Estado argentina entre tantos mandatarios extranjeros que llegaron a Roma por el 150 aniversario de la unificación, que se conmemora mañana.
Pero, al mismo tiempo, parecía haber cierta incomodidad en la foto con el premier conservador acosado por sus escándalos sexuales pasados y recientes, con cuatro causas abiertas en su contra y a quien Néstor Kirchner llegó a acusar de jugar contra la Argentina en el marco de las discusiones por la reestructuración de la deuda tras el default de 2001. Berlusconi, además, no pasa por su mejor momento político tras el duro revés que sufrió el oficialismo en las elecciones municipales italianas.
Antes del almuerzo, Fernández de Kirchner se reunió con Napolitano en el majestuoso Palacio Quirinale, la actual sede de Gobierno en un edificio construido hacia fines del siglo XVI y que llegó a ser sede pontificia.
“Yo soy descendiente de españoles, pero en mi país el que no desciende de españoles, desciende de italianos”, dijo Cristina al saludar al presidente de Italia. Luego, ella y Napolitano dialogaron por 40 minutos en el salón Bronzino de la sede presidencial, en un encuentro en el que también participaron los ministros Héctor Timerman, Julio De Vido y Julián Domínguez, el embajador Torcuato Di Tella y el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.
Como con Berlusconi, el encuentro con Napolitano se inscribe en el “relanzamiento” de las relaciones bilaterales, tras las visitas recíprocas que se hicieron en los últimos meses los cancilleres Héctor Timerman y Franco Frattini y luego de que esas relaciones estuvieran en el freezer por una década como consecuencia, justamente, del default de la deuda argentina, que entrampó a unos 400 mil bonistas italianos de los que hoy se estima que quedan 20 mil que decidieron no ingresar en ninguno de los dos canjes.
Más tarde, Fernández de Kirchner tendrá un encuentro con empresarios en el Hotel Excelsior de Roma. La Presidenta llegó a Roma ayer tras volar trece horas desde México.
La foto que la delegación argentina por un lado destacaba pese a cierta incomodidad ya está. Il Cavalieri recibió a Cristina en el Palacio Chigi, la sede del Consejo de Ministros. Quienes acompañan a la Presidenta destacaron la deferencia de Berlusconi de compartir cubiertos con la jefa de Estado argentina entre tantos mandatarios extranjeros que llegaron a Roma por el 150 aniversario de la unificación, que se conmemora mañana.
Pero, al mismo tiempo, parecía haber cierta incomodidad en la foto con el premier conservador acosado por sus escándalos sexuales pasados y recientes, con cuatro causas abiertas en su contra y a quien Néstor Kirchner llegó a acusar de jugar contra la Argentina en el marco de las discusiones por la reestructuración de la deuda tras el default de 2001. Berlusconi, además, no pasa por su mejor momento político tras el duro revés que sufrió el oficialismo en las elecciones municipales italianas.
Antes del almuerzo, Fernández de Kirchner se reunió con Napolitano en el majestuoso Palacio Quirinale, la actual sede de Gobierno en un edificio construido hacia fines del siglo XVI y que llegó a ser sede pontificia.
“Yo soy descendiente de españoles, pero en mi país el que no desciende de españoles, desciende de italianos”, dijo Cristina al saludar al presidente de Italia. Luego, ella y Napolitano dialogaron por 40 minutos en el salón Bronzino de la sede presidencial, en un encuentro en el que también participaron los ministros Héctor Timerman, Julio De Vido y Julián Domínguez, el embajador Torcuato Di Tella y el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.
Como con Berlusconi, el encuentro con Napolitano se inscribe en el “relanzamiento” de las relaciones bilaterales, tras las visitas recíprocas que se hicieron en los últimos meses los cancilleres Héctor Timerman y Franco Frattini y luego de que esas relaciones estuvieran en el freezer por una década como consecuencia, justamente, del default de la deuda argentina, que entrampó a unos 400 mil bonistas italianos de los que hoy se estima que quedan 20 mil que decidieron no ingresar en ninguno de los dos canjes.
Más tarde, Fernández de Kirchner tendrá un encuentro con empresarios en el Hotel Excelsior de Roma. La Presidenta llegó a Roma ayer tras volar trece horas desde México.
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